jueves, 19 de abril de 2018

4.21 LOS SIETE EMIGRANTES




SUSAN

Hoy las pesadillas me vuelven a despertar. Se me olvidó de nuevo tomarme las medicinas para dormir. Bueno, eso es lo que le diré a todos cuando se despierten. Pero no es verdad. Es que no quiero volverme adicta a esas cosas. A veces, no las tomo para ver si logro conciliar el sueño y dormir sin soñar. Como dice la terapeuta, tratar de pensar en otras cosas. Pero al tercer día viene Vilchez y sus zamuros a torturarme. Todo es tan vívido que me es difícil en ese momento pensar que es mentira, que es un sueño. Me persiguen, yo corro, me alcanzan, me golpean, me halan los cabellos, me tocan, me… entonces grito y despierto a todos.
La puerta de la habitación se abre y entra una mujer madura de cabello largo rubio con un vaso de agua y se sienta a un lado de la cama.

-¡No te tomaste las pastillas para dormir!

-No. Perdón.

-Tranquila. Te comprendo. Aunque Henry no te comprende mucho. Y eso que él tiene el sueño pesado, pero gritas muy duro. Si no te vas a tomar la pastilla para dormir, al menos trata de pensar en otras cosas o al menos trata de luchar la pesadilla, Susan. Ya estás lejos de todo eso. Como dice la doctora Brown. Recuerda que tienes una nueva vida aquí. Además, mañana tenemos mucho trabajo que hacer.

-Si Bertha. Disculpa por estos momentos tan desagradables.

-No te disculpes. Sólo haz caso. No seas porfiada.

Entonces me tomo la pastilla y al terminarme el vaso de agua, a dormir de nuevo. De nuevo a soñar, pero sin gritar, sin despertar ¿Será que soñaré algo bonito? ¿O continuaré la agonía? Pensaré en Dios. Si, en Dios. Voy a orar como hacía mi madre ¡Dios por favor, aleja los demonios de mí…! O luchar. Saber que es una pesadilla y luchar como dice Bertha. Imaginar que soy tan fuerte como supergirl y acabo friendolos a todos ellos con mi visión de rayos láser ¡Eso haré la próxima vez!


Amanece con 8 grados, sabes que es de día, pero no ves el sol ¡Es primavera! Según… ¡Que frío de p##$% madre! ¡Me siento morir! Al menos en Edimburgo sabía que algún día volvería a casa, pero esta vez, tal vez, será para siempre ¡Como extraño el “Pacheco”! ese frío suavecito que se calmaba con una cobija peludita ¡No esta mier%&$#! Si te descuidas te mueres congelada ¿Y el Ávila? No hay Ávila, sólo las fotos que @AlexSanabriaR me envía a mis mensajes directos por Twitter casi todos los días.

A hacer mis cosas de rutina que me voy a trabajar. Bertha es mi segunda mamá. En Venezuela era mi Profesora de Bioquímica I, II y III y del postgrado. Pero acá  ahora es mi mamá y mi jefa. Sí, mi mamá, soy la hija que nunca tuvo. Sus dos hijos varones, se fueron de casa. Uno estudió medicina en la Universidad de Kansas, y el otro se fue a hacer música con una banda (¿?). Mejor ni pregunto… Me siento bien con ella. Es una buena persona. Me cuida mucho.


Henry es su esposo, es norteamericano. Era un venezolano “navegado”. Caraquista, católico, creyente de “La Virgen de Coromoto”. Vivió mucho tiempo en Venezuela trabajando para PPTSA, pero un día, cuando Panelo echó a todos los ingenieros durante el Paro de 2002, decidió dedicarse al comercio de equipos petroleros. En 2011, las cosas comenzaban a ponerse mal. La empresa para la que trabajaba, cerró porque la DEA descubrió una trama de lavado de dinero entre la empresa y la PPTSA de “Pluma Blanca”. Así que ambos decidieron, que era momento de irse a los Estados Unidos definitivamente. No fue muy difícil. La compañía farmacéutica para la que Bertha y yo trabajábamos, la ayudo mucho, sobre todo por el tema de “la investigación”. Ella iba y venía.  Henry consiguió empleo en la refinería que queda al sur del pueblo, así que no les fue difícil adaptarse.

Esto es McPherson, donde vivo. Es un “pueblito” en la mitad de Kansas. Somos apenas trece mil personas, así que prácticamente todo el mundo se conoce, aunque yo no conozco a mucha gente de aquí. Esto es algo así como del tamaño del centro de Caracas. Es un pueblo bonito, con calles amplias, no hay buses, no hay metro, no hay Ávila, no hay casi niños, no hay buhoneros y si hay malandros, yo no los he visto ¿Cómo la gente puede vivir así?  Y después de cierta hora de la tarde no hay ni gente. Si esto fuera en Venezuela me daría miedo andar por la calle ¡Sinceramente!

Las tiendas son bonitas y grandes, venden de todo, hay hasta cinco ¡tiendas de armas! Mis amigos de “La Hermandad” estarían fascinados ¡Puedes comprar un AR-15 y te llevas otro GRATIS!

No se ve mucha gente en las tiendas, sólo en los cuatro supermercados que hay, se puede ver más gente comprando cosas.


Los supermercados. Son grandes y bellos. Los anaqueles repletos de comida. Hay hasta un pasillo con productos de Pedroso ¡Panarina de 2 Kilos! ¡Una brutalidad! Pero las frutas no saben a nada. Y es difícil comprase un plátano madurito así que esté bien negrito, o un trozo de queso blanco como lo conocemos. No, eso acá es casi imposible. Ya hasta se me olvido como sabe el queso de telita, o el palmito ¡Con plátano frito! Lo bueno es que al menos, en Navidad hacemos hallacas ¡Claro! Compramos todo en una tienda tailandesa en Wichita, a una hora del pueblo este ¡Los tailandeses hacen hallacas! Pero no usan Panarina, sino arroz.



En este pueblo no pasa nada. El único diario, funciona en la red y sólo habla de las hazañas deportivas de los equipos de beisbol, fútbol “soccer” como lo llaman acá y fútbol americano de la escuela preparatora. Una vez al año hacen un desfile en honor al primer día de clases. En fin, es una “ladi()/%$”. Se supone que un lugar así debería ayudarme en mi “condición”, y no está viendo las páginas de noticias, el precio del dólartudey ni estar hablando con mis amistades de Twitter de las penurias de Venezuela.


A las siete salimos Bertha y yo al centro del pueblo a desayunar y a tomarnos un café. El Café Latino, en 120 N Main, McPherson, KS 67462, es el único sitio donde hacen un buen café. Lo hacen los mexicanos con café colombiano. Sólo los fines de semana Bertha y yo cocinamos el desayuno, como en casa.

Hay algo que no le he contado a Bertha, porque no quiero angustiarla o tal vez, hacerla enojar. Es que a veces siento que en el Café Latino, alguien me observa. Pero cuando volteo a ver, no hay nadie o ha dejado de verme ¿Serán estas pu&/%# pastillas que me ponen paranoica? ¡No! es porque a veces las dejo de tomar.

Me deprimo mucho. De hecho debo tomar medicinas para eso y para dormir. Pase por cosas muy horribles en Venezuela. Y ahora estoy obligada a vivir muy lejos de casa, lejos de mi familia y de mis amigos. Mis amigos, los que sobreviven, también están lejos de casa. Y os que quedan, son perseguidos. Destruyen sus casas y los golpean. Todo por luchar y por creer en que mi país fuera libre algún día, ahora estoy en una “jaula de oro” en mitad de la nada; en la que hasta debo hasta usar un nombre diferente para mantenerme con vida. Ahora me llamo Susan Montero. Bueno, al menos es un nombre bonito.




Son diez para las ocho, y ya estoy llegando al trabajo. Es la planta principal para los Estados Unidos, de Hoesht Marion Smithkline, uno de los fabricantes de medicamentos más importantes del planeta. Está al norte del pueblo. Allí Bertha y yo pasamos más de la mitad de nuestras vidas. Donde trabajo, hay cinco edificios. Yo trabajo en el que está al oeste, el laboratorio de desarrollo.


Estamos en la fase culmínate, del desarrollo de un novedoso tratamiento contra el cáncer. Es el llamado “Ensayo Clínico Controlado”. Dicen que hoy nos dan los resultados. Si esto funciona, no sólo habremos encontrado la cura contra la mitad de todos los tipos de cáncer que existen, sino que podríamos ganar el Premio Nobel de medicina ¡Estoy tan emocionada!

Es lo único que me emociona, de mi nueva vida. Esto y el grupo de voluntarios de la Facultad de Medicina de Universidad de Kansas, que envía medicinas para Venezuela. Para ellos Bertha y yo (aunque no me conocen, no debo hacerme ver de otros venezolanos), somos sus hadas madrinas.


Llegamos a la oficina y nos espera el equipo completo. El profesor Jules Rothman, Biomédico Investigador de la Universidad de Yale, al que con cariño llamamos “Kenny” porque se parece a Kenny Rogers. La profesora Ivanna Fedchenko, Investigadora Genetista de la Universidad de Harvard. Y el resto de los muchachos: “Los Labstreet Boys”. Una docena de pasantes y asistentes que nos ayudan a “cambiar el mundo” ¡Que grandilocuente!



Hay un ambiente raro en el laboratorio. Todos están reunidos alrededor de una de las mesas de trabajo, los puedo ver desde la pecera. Bertha esta como emocionada ¡Dios! Creo que llegaron los resultados de las pruebas que comenzaron hace seis meses. Creo que son buenas noticias, porque todos los rostros son risueños ¡Que emocionada estoy!

-¡Congratulations doctor Bertha!- el risueño doble de Kenny Rogers, felicita en inglés a la directora del proyecto, mientras le entrega su notebook-tablet con el correo del coordinador del ensayo.



-¡Increíble! “Todos los sujetos de prueba presentaron remisión total de sus tumores en menos de cuatro meses de tratamiento”-, lee las conclusiones del informe en inglés, -“…en los que hubo remisión parcial, fueron aquellos casos de estadio IV, que presentaban metástasis antes del ensayo. En estos, la remisión fue del 80%...” ¡Susan! ¡Los fármacos fueron todo un éxito!

La investigación inicial de Bertha en Hoesht Marion Smithkline, era la materialización del concepto ideado por el del doctor Jacinto Petit: “Que sea el mismo sistema inmunológico el que ataque a las células cancerosas”. 




En este trabajo, Bertha creó un tratamiento mediante el cual, se utilizaban proteínas provenientes de células muertas del tumor para atacar al tumor mismo. Un grupo de linfocitos T son expuestos a proteínas alteradas del tumor, para que estos desarrollaran las defensas necesarias para atacar las células cancerosas. Esto lo denominaba “Vacuna Personalizada contra el Cáncer”, eliminando por completo tanto las cirugías, así como la quimio y la radioterapia.

El procedimiento original era todo un éxito. Pero presentaba la dificultad que, había que desarrollar un tratamiento para cada tipo de cáncer, y para cada tipo de paciente, lo cual hacía su aplicación de difícil acceso. No todos los centros asistenciales podrían tener la capacidad de realizar el proceso, ni siquiera en los países más desarrollados. Además el costo era inicialmente prohibitivo para el paciente promedio, y para los sistemas de salud públicos o privados. En los países del tercer mundo, ni hablar.

Susan se incorporó al equipo de investigadores, hace dos años, con una propuesta para nada novedosa, pero si muy atrevida. Consistía básicamente, en dos grupos de fármacos. Un grupo o familia de fármacos que aislaba y alteraba de una vez la proteína específica, según el tipo de célula cancerosa. Y un cultivo especial de linfocitos T, preparados para el proceso de asimilación de la proteína. Estos linfocitos son inyectados en el sistema linfático del paciente o directamente sobre el tumor, dependiendo de la gravedad del estadio de la enfermedad, para que actúen sobre las células cancerosas, cerrando así el ciclo del tratamiento. El resultado era un kit con los dos fármacos, que reducía el tiempo de aplicación de la “vacuna personalizada” en la décima parte del tiempo, con equipo básico de laboratorio y con un costo total del tratamiento, equivalente a la tercera parte del total de un tratamiento tradicional con quimio, en estadio temprano.

Susan y todo el equipo, aplauden y gritan vítores mientras Bertha enciende su computador y revisa sus correos.

-¡OK guys! ¡Tenemos cena en Applebee’s cortesía de la gerencia de la planta!- el grupo celebra con emoción, -Y mañana “Kenny”, nos toca volar a Atlanta, tenemos reunión con los directivos del laboratorio y el equipo de la FDA. “Kick-off Meeting” para sacar este producto a las farmacias de todo el planeta dentro de un año en el mejor de los casos.- Bertha mira con tristeza a Susan, sabe que la pobre no ha sido invitada a esta reunión, a pesar de ser la “estrella” en esta “obra”, hay toda una serie de inconvenientes que le impiden a Susan abandonar McPherson. A la pobre Susan le tocará saborear las mieles del éxito en sobrecogedora, discreción de su pequeño pueblo en mitad de los Estados Unidos. La pobre tiene sentimientos encontrados. Por un lado la alegría que uno de sus proyectos, ha sido exitoso, pero por otro, no va a poder salir a la luz, al menos en estos tiempos que corren. Un abrazo de Bertha calma la pasajera tristeza de Susan, le pide prestado el carnet y hace una llamada telefónica.

En medio de la algarabía por el semejante logro que puede cambiar el futuro de la humanidad y que incluso, puede valerle al equipo un premio Nobel de Medicina, Bertha toma a Susan del brazo.

-¡Vamos Susan!-, le dice en español, -Vamos a conocer a alguien-. Bertha le devuelve el carnet de acceso a Susan y las dos salen del laboratorio.

MARCEL

Mañana se cumplen 20 años que me fui de Venezuela. Y es que realmente mi proceso de despedida fue en cámara lenta, muy lenta. La beca Mariscal Sucre, fue mi boleto. Apenas salí de bachiller en ciencias del Liceo Aplicación de Montalbán en 1988, me fui estudiar física en el MIT. Ocho años pasaron volando y ya tenía un postgrado en Mecánica Cuántica.


Recuerdo cada una de esas Navidades, en las que ansiaba regresar a Venezuela a celebrarla con mis viejos. Toda la familia reunida y mis experiencias en la universidad del “norte” eran el tema de conversación, al menos los primeros días de esas dos semanas.

En 1996, título bajo el brazo, regresé ilusionado a aplicar mis vastos conocimientos en física en el IIC. Pero no había cupo para mí, porque el “veintiúnico” reactor nuclear de Venezuela, estaba convertido en chatarra. Además el viejo que mandaba allí, Alcides Marcano, tenía cierta aprensión contra los “Físicos Gringos”.


Por alguna extraña razón del destino, terminé manejando el taxi de mi viejo y dando clases de Física y Matemáticas,  en un liceo privado. Hasta que en 1998, papá murió. Entonces agarré a Nora, mi mujer, y a mi chamo Oliver y nos fuimos a Florida a probar suerte, y en efecto la tuvimos.

Nora ¡cuánto te extraño! mi visitadora médica de la Hoesht Marion Smithkline. En Florida, nos metimos en el negocio de la exportación de productos médicos hacia Venezuela. Nora era la que hacía casi todo. Yo era el Office Boy y el que sacaba las cuentas. Y nos fue bien por cinco años.


Nora y yo visitábamos a nuestras “viejas” y a nuestros hermanos cada navidad. Y aunque no existían, ni Facebook ni Instagram, hablábamos de la “buena vida” que nos dábamos por allá en los “Miamis”. Yo si notaba que cada navidad que visitaba Venezuela, como que iba faltando algo, pero no le presté atención, hasta nuestros hijos se jactaban de lo bien que nos iba. Hasta 2003.

Con el paro de 2003, nació CAVIVI. Vimos la cosa ponerse fea en Venezuela cada año. El paro, el golpe, las locuras de Panelo, el auge de la delincuencia y la corrupción en el puerto de la Guaira, que cada día era peor. Antes de terminar presos o muertos, debido a los manejos de eso allí, que rayaba en delitos federales aquí, decidimos venderle la compañía a la mujer de un militar, una ex Miss Venezuela, llamada Alicia Barrullo. Andrés Álvarez, se llamaba el tipo aquel, que por cierto lo capturaron hace tres años, con un submarino atestado de drogas.

En 2004, mi vieja murió. Ya no tendría que volver más a “ese país de locos”. Ya para entonces, éramos ciudadanos americanos. Mi esposa, que como privado, tenía una buena relación con Hoesht Marion Smithkline, volvió a sus filas como gerente de ventas para “Las Américas y El Caribe”, y yo entré en la parte de desarrollo, pero me tuve que mudar a este pueblo, McPherson, para manejar el “corto este”, un acelerador de partículas de quinientos metros de diámetro, que utilizamos en la elaboración de isótopos y fármacos especiales.

En 2007, Nora volaba desde Porto Alegre a Sao Paulo en Brasil. Se suponía que era un viaje breve de negocios, pero el avión se estrelló… Terminé criando yo solo a los niños: Oliver de once años y Christian de siete. El trabajo y los chicos han sido mi refugio estos nueve años.



Venezuela para mí, es un recuerdo lejano. Ese amor, esa nostalgia se fue reduciendo hasta sólo ser dos semanas de Navidad, Hallacas y Gaitas. Ya en los últimos años antes de la muerte de mamá, quedaba poco de eso. Hasta pensé en traerla, pero el miedo al invierno nos frenaba. Ni hablar para los niños, bueno ahora son unos tarajayos de 22 y 18 años, que ya se saben limpiar el trasero solos y menos mal que se fueron pal co()&% los dos. Ahora estoy yo en este aparato. ¡Oh! pero mi lunes de merengue, así que antes de ir a desayunar al Café Latino, voy a poner los grandes éxitos de Juan Luis Guerra.

Un día más en el Café Latino, voy a pedir mi “Brown Special” y a comerme mi desayuno cubano: Huevo frito, salchichas, plátano y pan tostado.

-¡Hey Gabriel! ¿Será que algún día aprendes a hacer el desayuno Venezolano?- le grita Marcel Rulfo desde la barra al cocinero.

-¡Si te vienes a trabajar para acá güey!...

-¡Kmon güeyyyy! ¡Extraño las arepitas!

-¡Hay tortillas!

-¡Naaahhh! No es igual.

-Cada vez hay más venezolanos en la refinería. Puede que tu sueño se haga realidad.


-¿Siii?

-¡Si güey! Hasta allí donde trabajas. La señorita que acompaña a Doña Bertha es venezolana también.

-¿Aaaa poco?- responde Marcel con una sonrisa de oreja a oreja y cara de ilusión.

-Siii ¿Verdad Juanita?- pregunta Gabriel a la mesera con marcado acento norteño.

-¡Siiii! Hablan español así rarito, así como usted.

-¡Jajajajaja!



Estoy viendo venir el Nissan cobre de Bertha. Bertha y yo nos tratamos muy poco. Pero no es porque tengamos algún roce personal, es que Bertha trabaja en su cosa allá arriba y yo abajo. Cada quien en lo suyo. Es que los venezolanos tampoco es que somos muy dados a estar encompinchados entre nosotros cuando estamos afuera, es más fácil hacer amistades con los cubanos y con los colombianos.

¡Qué bella es esa chica que acompaña a Bertha desde hace dos años! No tengo ni idea de cómo se llama. Creo que ¿Susy? Bueno, es difícil saber. Aquí en el mundo de los gringos es muy difícil andar preguntando esas cosas. Pero no me canso de verla. Aunque creo que podría ser mi hija… ¡Pero no lo es! Jajajajaja. Hablando en serio, me gusta la mirada de esa chica. Y la he “Buceado” tanto que sé que ella siente que yo la miro ¡Tiene el trasero redondito! Por eso, cada vez que nos encontramos acá, ella mira de un lado al otro, como buscando algo y yo discretamente me concentro en mi desayuno.

Marcel, deja sobre la barra sus 15 dólares y discretamente aborda su camioneta GMC Acadia 2015  y sale hacia su puesto en Hoesht Marion Smithkline, al norte del pueblo.

Al llegar a su oficina, Marcel, un obsesionado trabajólico, ya ha leído sus correos y le recuerda a sus dos asistentes norteamericanos que hoy es el día de cambiar las celdas, y como los jóvenes ya saben manejarse solos, los despacha, quedándose él sólo en su oficina. Conecta su ipod a unos altavoces, selecciona la carpeta de Juan Luis Guerra, y la primera canción en sonar es “Ayer”:

Ayer 
Te estuve buscando 
Y no te pude ver, no, no, no... 
Te amé de oído por primera vez 
Me detuve en el silencio 
Exiliado de tus besos

De inmediato, Marcel entra en trance y comienza a bailar solo en mitad de la pequeña sala de control… En cada vuelta va viendo de reojo en los monitores, lo que sus asistentes vestidos con trajes anti radiación, van haciendo para remover las celdas sin carga para reemplazarlas por nuevas celdas radioactivas.


Ayer 

Mi sombra no se encendió 
De tu querer, no, no, no... 
No hubo concierto del cariño aquel 
Y no pude atar mi cuerpo 
A la geografía de tu piel 

¡no no no...! 

Ayer 

Mis lágrimas se pasearon 

Tras de ti 

Como corriente que fluye del mar 
Me enredé bajo la luna 
Reflejando su cintura 

Ayer 

Me acompañaba un café romántico, oh, no, no, no... 

Cerré la noche y me entregué a soñar 

Y rodé sobre tus piernas 

Cuesta abajo hasta la tregua


Mujer 

Vísteme de infinito el corazón 

Húndete lentamente, amor 
Seré tuyo en un momento mágico 
Mánchame de rojo con tus labios 
Jubílame el temor de amarte 
Y de paso lléname el vacío que hay de ti 


Te estuve buscando y no te pude ver, no, no, no... 
Detalles que no logro comprender 
Si tú anidas en mis sueños, mamá 

Y yo vivo para ti, mujer 



¡oh oye!... pero que mira, que yo... 


Te fui buscando ayer 

Y no te pude ver 

En la vida hay amores 

Que nunca pueden separarse 

Así somos tú y yo, mujer, ¡eh! 



Te fui buscando ayer 

Y no te pude ver 

Toma de mí todo 
Bébetelo a sorbos, mi bien, eh...


Las dos mujeres, Susan y Bertha, salen del edificio de laboratorios y entran a un edificio pequeño que queda a cincuenta metros, al norte de la planta

-¿Donde vamos?

-Ya verás Susan. Solo mira, no preguntes.

Luego de pasar sus carnets por la lectora de acceso, las dos mujeres entran al pequeño edificio, donde un vigilante adulto mayor, con su sombrero vaquero sobre la mesa. Le llaman el “Jefe D.K.” (Chieff Di Key). Llego a ser jefe de la policía del condado, pero ahora es director de seguridad de la planta. Este, saluda a Bertha con un gesto y esta con un caluroso "Good Morning". Las dos mujeres entran a un ascensor que las lleva al nivel -3 (menos tres o sótano tres).

Tamaña sorpresa la de Susan al abrir el ascensor y ver el gigantesco corredor de tubos. El corredor describe una especie de curva. Las mujeres caminan por el piso pulido como un espejo cerca de cien metros por toda la curva.

-¿Esto es el acelerador de...?

-Si, donde ocurre toda la magia que pones en tus órdenes de síntesis. Una de las "licuadoras" más caras de América. Un “pequeño” acelerador de partículas, fusionador y fisionador molecular. Aquí procesamos los componentes de las drogas y activamos los enlaces que luego se combinaran con las proteínas de las células cancerosas.

Bertha y Susan, se extrañan de escuchar el rumor del coro de una popular canción caribeña. Otra sorpresa se llevan las mujeres, cuando al entrar en la oficina de la pequeña sala de control, ven al doctor Rulfo bailando la vieja canción de Juan Luis Guerra. Bertha está visiblemente molesta, pero Susan se sonríe, pero se tapa la boca para no espantar al inspirado bailarín.

Cuando suenan los últimos acordes de trompeta de la salsa que el doctor baila en solitario, este se voltea y ve a sus dos espectadoras aplaudir irónicamente. Rulfo en vez de avergonzarse, decide seguirles el juego y reverenciar al sorpresivo público.

-¡C#$ñ/%$o! ¡Menos  mal que estás abollado todo el tiempo! Que no tienes chance de nada. Todo el tiempo el mismo w#$/” pelao contigo. Siempre estas full y yo lo que te veo es bailando.

-Todo tiene una explicación Berta.

-A ver. Sorpréndeme.- dice Berta cruzando los brazos, mientras Susan se cuaja de la risa con las manos en la boca para no hacer escándalo.

-Es mi "pausa activa".

-¡NOJ&/%#! De dónde venimos a eso le llaman ¡"Echar carro"!

-¡Ta bien! Como quieras. Dime ¿A qué debo el honor de tu visita? O mejor dicho ¿Ya ganaste el Premio Nobel? que te dieron acceso de nivel seis para que estés aquí abajo... en el "inframundo", ¿Atormentándome?

-Primero te presento a Susan Montero. Es una de nuestros Bioquímicos y compatriota nuestro.

Marcel toma con sus dos manos, la mano de Susan y le expresa su enorme gusto de conocerla. Susan, siente en la mirada de Marcel, la misma sensación que siente cada vez que va al Café Latino, pero, pero no siente desagrado, más bien, aunque no es amante de la salsa, haber escuchado esas canciones después de casi dos años, en otro lugar que no fuera el Café Latino y en otra persona que no fuera Bertha, la llenó de alegría y una particular admiración hacia este nuevo personaje.

Marcel, al sentir sus manos cálidas, su corazón se acelera y se sonrojan ambos visiblemente.

-¡UUUJUM!-, carraspea Bertha, -LinfoTeraphy pasa a etapa de protocolización ante la FDA. La Prueba Clínica fue un éxito y me pareció buena idea que compartieras con nosotros este éxito. Por eso pedí el permiso que ya veo, debí pedir hace meses. En Applebee’s habrá un compartir con la gerencia después del trabajo.

-¡UUUUUJUUUU QUE ALEGRIA! ¡Esto hay que celebrarlo!-, Marcel corre a su estación de trabajo, y saca de la gaveta grande una botella de un litro de Ron Cacique y tres pequeños vasos tipo shot. –¡Tengo mi “Mazinger de Cacique” para estas ocasiones!

-¡No puedo creer lo que ven mis ojos! Manejas un acelerador de partículas subterráneo capaz de destruir la ciudad ¿con una botella de ron en tu escritorio?


-No Doctora Bertha… Como verá, apenas nos hemos bebido la tercera parte de la botella. No hay muchas cosas que celebrar acá abajo, aparte de los cumpleaños, la serie mundial, y los éxitos del equipo local de Fútbol Americano-, rápidamente Marcel sirve los tres tragos, -¡HEY GUYS! ¡COME ON HERE! ¡LinfoTherapy passed the Clinic Tests! ¡We will have some bonus for innovations this year!-, los tres hombres en traje anti radioactivo celebran ante la cámara, -¡Hurry up men! ¡Grab your asses up here! ¡The Indian Chief Mazinger is waiting!

-¿Y esos tres están cambiando una celda mientras tu bebes y bailas? ¡Definitivamente eres el peor Marcel!

-¡Ay vamos Bertha deja la mari&/%$ y brindemos! ¡Por el fin de la mitad de las variedades de cáncer que azotan a la humanidad! ¡SALUD!

Bertha a regañadientes hace el brindis, pero se toma el trago con gusto, porque a pesar de su enfado, ver de nuevo una botella de Cacique la conmovió bastante. Y ella no es asidua de esta bebida, pero entrañaba bastante verla en los supermercados de Caracas, y eventualmente le compraba una a Henry, su esposo.

Susan y Marcel no dejan de mirarse mutuamente. Ella también se sintió conmovida con la botellita de ron, con la que tantas veces celebró en la Universidad Central. Él en cambio está como en las nubes. Como cuando se enamoró de Nora, aunque ya Nora, su adorada ex esposa muerta, ya va siendo cosa del pasado.

-¿Y cómo consigues tú esto?

-¿Uuuuu? La dura Bertha se está resquebrajando…- ante las palabras y los gestos de Marcel, Susan arranca de nuevo a reír. –Bueno, mis amigos visitadores médicos de Florida, hacen cosas maravillosas. Esos, que ustedes los de desarrollo dicen “No te juntes con esa chusma”. Me consiguen de a cajas. Pampero, Carúpano y Santa Teresa, por cierto. Pero en muestra de mi gratitud, porque no me vas a delatar ante mis superiores. Aunque sería un despropósito, porque a ellos les fascina el ron. Más tarde te puedo llevar un par de botellas a tu casa. Para el pobre Henry, que lo desfalcan en ese bar del pool donde el traguito de ron dominicano se lo zampan ¡Carísimo!

-¡Gracias! ¡Muy amable de tu parte!

JAIRO


Es una tarde lluviosa en Medellín, Colombia. Jairo Jaramillo, está parado frente a los casilleros donde reposan las cenizas de los dos viejos con los que creció. Plinio, su padre e Isabelino Restrepo, su tío. Al lado de Jairo, está un hombre rubio alto, cuya cara de pesar, deja entrever que también extrañará a los dos viejos “cocineros” de drogas.

-¿Quién iba a pensar que nuestro último trabajo sería con los loquitos del “Clan del Golfo”?


-¡Ya se te fueron los dos viejos Chino! ¡Y usted está vivo de chiripa! ¿Y ahora? Ya nadie paga por unos “cocineros” finos como ustedes.

-No Popeye. Ya nadie pagará por este excelente trabajo. Yo creo que más bien es momento de retirarse y cambiar de ramo. Como usted. Escribir las memorias. Llevar una vida tranquila ¿Quién sabe? Si Hollywood o algún canal de series se interesan por nuestra historia.

-Bueno parce. Mientras pasa el rebullicio por lo del “Indio”, usted mejor como que se recoge y se pone a escribir su historia. Yo le ofrezco la ayuda para que se enconche por un tiempito.

-¡No parce! Yo me voy a buscar a una amiga. Tal vez al amor de mi vida. Alguien que no me dio chance en el pasado de hablar sobre lo que siento.

-Vea chino, no puede andar por la vida dando papaya, lo pueden coger y hasta lo matan.

-Allí es donde usted me puede ayudar. Necesito llegar a los Estados Unidos.

-¡Uuuyyy! ¿A la boca del lobo?

-¡Sí! Quiero buscar a alguien allí-, Jairo mira en su teléfono una noticia sobre un reconocido laboratorio y una doctora venezolana que ha encontrado una cura para el cáncer. –Sé que ese país me busca para apresarme y es una aguja en un pajar para buscar a alguien, pero listo parce, usted métame allí con sus amigos mexicanos que yo hago el resto. Tengo la plata.

-No se preocupe por la plata, que yo a usted y a sus viejos les debo mucho más. Eso sí, recójase una semanita, que yo me ocupo de lo demás.

EL SAMURAI NARANJA

(オレンジサムライ)




No es que yo no sea alguien importante en “La Hermandad”, es que simplemente, de mí no se había escrito antes. Me llamo Kenji Naranjo, pero mis amigos me llaman “Samuraiorenji”. Y es que en efecto soy un samurai. Cinturón negro de Aikido y Laido 4to Dan, además de instructor de Sambo. Era sargento de primera en las UOPE cuando varios de mis hombres y yo, nos vimos forzados  desertar de la Armada y nos unimos a “La Hermandad” en 2011. Era eso, o caer en LA TUMBA por “golpistas” y conspiradores a las ordenes del “imperio”. Todo porque nuestro comandante, quien si se quedó, para ser capturado, vio venir el desastre que vive mi país hoy.

Mi principal misión en el grupo, es ayudar a los combatientes a aprender a pelear. Primero, con sus propias manos, luego con la catana. Mis métodos son los mejores y más efectivos. Todo el que cae en mis manos, a los 3 meses aprende a pelear, por más tímido que sea y al año está en capacidad de enseñar a otros. Se de armas de fuego, pero ese es trabajo de Largo. La mayoría de los alumnos completa el curso. Cosa rara que no ocurría en otros tiempos, en los que el compromiso no existía, renunciar era la vía rápida. Aunque no son muchos los alumnos, la motivación de luchar por liberar al país de la plaga que se adueño de él hace 20 años, es lo que los mantiene firmes en su propósito de aprender y de formar parte de un plan mayor y mejor.

Desde hace tres años el comité central de “La Hermandad” me ha dado una nueva y peligrosa misión. Proteger a los que se van del país, a nuestros emigrantes. En el proceso, crear células del grupo en los países donde se los venezolanos se asientan para escapar del régimen, para que protejan a sus compatriotas, crear la cultura de solidaridad que no es muy fuerte entre los nuestros y evitar que caigan en manos de inescrupulosos nacionales nuestros y de los países donde llegan, o que grupos xenófobos nos maten, que también es muy frecuente.

El otro frente de mi misión, es proteger a los que se organizan, de elementos del régimen, enviados para espiar y atacar. Y por último, el fenómeno que se está haciendo más frecuente entre nuestros emigrantes; militantes del PUFS que deciden también irse. En este caso, mucho más delicado, está establecer si estos, “Traidores de la Patria Nueva”, “elementos contaminados de capitalismo”, “hombres nuevos fallidos”, son militantes decepcionados que están comenzando a sufrir las penurias de falta de alimento, medicina, libertad y oportunidades que el resto de los venezolanos, o  peor, son una avanzada para propagar el desastre a los países que nos están apoyando en nuestra partida. Aunque, por más que hemos investigado en “La Hermandad”, parece más gente que está comenzando a pasarla mal.



Son las ocho de la noche aquí en Buenos Aires, llegando a la estación del metro en Plaza Constitución. Debo caminar hasta la parte de atrás, la avenida General Hornos, cerca de la parada del bus. Veo que cerca de la esquina hay una estación de máquinas vendedoras de chucherías y refrescos, pero mejor no me quedo allí. Hay un para de we/(&%nes arreglando las máquinas. La hora es conveniente para estos trabajos. En la mañana es imposible hacer nada con calma aquí.



En la “Ciudad de la Furia”, este lugar se atesta de gente que va a sus trabajos. Pero en las noches, la gente de la calle es lo que pulula por este lugar: mendigos, prostitutas y drogadictos, que tampoco son muchos o por lo menos están muy bien escondidos, esperando una víctima o esperando no ser víctimas entre sí. Las miserias del ambiente urbano después de ciertas horas de la noche.

Llovió hace como una hora, así que hay charcos por todos lados.



El olor a parrilla me guiará hasta el lugar de reunión, un pequeño camión Food Truck de Parrillada Argentina Ford negro, bastante patético, pero un osáis en medio de la oscuridad y gentes feas. Cinco mesas plásticas y un televisor pantalla plana. Cerca del televisor dos jóvenes ven el fútbol y toman cerveza. Hoy juegan Independiente contra San Lorenzo, el partido está por comenzar. Hay que ver bien los lugares a los que uno llega, para evitar sorpresas. Me siento en la mesa más alejada del camión. A mi lado hay una mesa donde un viejo fumando, mira el periódico. Yo saco mi tablet y le echo un ojo al partido.

-Buenas noches ¿Va comer algo?-, me llega la mesera sonriente. Una joven blanca gordita, cabello castaño largo y ojos claros. Bonita. Me encantan las gorditas. Y esta está linda.

-Parrillita y una pepsicola.

-¿Grande, mediana, pequeña?

-Grande, bien resuelta, como si fuésemos a comer vos y yo.

-La mesera se ríe y con su gracioso andar va a buscar el pedido.

Dicen que las venezolanas son las mujeres más bellas, y no lo discuto, pero de tanto vivir entre mujeres bellas, te acostumbras y cuando llegas a otro lugar empieza a gustarte lo que ves porque es diferente. Aunque he estado en países donde las chicas, pobrecitas, y mejor no digo donde para no ofender…

Es el minuto dieciocho del primer tiempo, y ya me he comido la mitad de la parrilla ¿Está sabrosa o tengo hambre? Lo que si no voy a tomar tanto refresco, no es sano. Debí pedir una cerveza más bien. Ponen buena música acá. La gordita acaba de poner Canción Animal de Soda Stereo… ¡Mira vale! Ahí vienen los tipos.



Kenji observa que vienen tres hombres vestidos de chaqueta negra y bolsos deportivos cruzando la calle a la altura de la parada de autobuses. Los tres hombres tienen el cabello corte al rape. Uno de ellos es blanco de baja estatura, se ve que hace ejercicio porque los músculos se le marcan en la chaqueta, los otros dos son morenos, delgados. Él les quita la mirada y continúa viendo el partido. El joven de baja estatura mira el lugar y le llega a Kenji en su mesa, pero los morenos se ponen como nerviosos y van tras él.


-Buenas noches.

-Buenas.

-¿El Samurai?

-Sí-, el joven se sienta frente a Kenji, pero uno de los hombres morenos rápidamente también lo hace y Kenji lo queda viendo. El otro se queda parado a un lado de la mesa.

-Pensé que viajabas solo.

-No bueno. Se me presento esto de última hora. Estos decidieron viajar también y me cuidaron de algunos peligros desde que salí de Venezuela. Es una semana rodando, tu sabes. Pero…

-Mira menol, la repartición es en paltes iguales-, habla el moreno sentado.


-Déjame aclararte algo a ti amigo. Yo voy a hacer negocios con él-, señala Kenji al hombre blanco. El negocio que tengas tú con él, no es mi problema, lo discutes con él en otro lado. Pero ahora, nos vas a dejar. Tú y tu amigo, se sientan allá a ver el partido.

El moreno sentado pensaba ponerse fastidioso pero de pronto le entro una extraña sensación, al verse observado por el cocinero, el cajero, la mesera, los dos espectadores del partido y el viejo que lee el periódico.


-¡Tu y yo hablamos ahorita! ¡Haz tu negocio y no nos quedes mal! ¡Menol!-, el moreno se levanta señalando con el dedo al hombre blanco y se sientan en una mesa al lado de los espectadores del partido, quienes sin perderlos de vista continúan viendo el juego.

-¡Chamo qué pena! Pero ellos descubrieron que yo iba a desertar con la información. Pero en vez de pajearme se vinieron conmigo porque ellos también iban a desertar. Pero si yo me ponía cómico me mataban pal co()/& por el camino. Aunque te hablo claro, el SIBOL ya sabe que me fui y nos vienen persiguiendo desde Cúcuta, cuando estábamos vendiendo el armamento. Saliendo de Ecuador nos cayeron a tiros unos tipos que creo eran cubanos.

-¡Tranquilo mi pana, estás en buen lugar! Todos los presentes están interesados en los que me vas a dar.

El joven saca una pequeña libreta y transcribe lo que hay en una de sus páginas y se lo da a Kenji. Este saca unos particulares lentes, y observa la nota.

En la estación de máquinas expendedoras, los dos técnicos reciben la imagen en una de las laptops que tienen conectada a la máquina de Nescafé y comienzan a trabajar:


-¿Lo tienes Amazon?

-Sí @PingüinoPKR. Conectando con la nube.


La nota era la dirección de un sitio de almacenamiento en web, una “nube negra”, el usuario y la contraseña. Cuando el Pingüino entra en el site, se queda asombrado de lo que ve:


-Hay tres carpetas, una se llama CLEPTO, COLECTIVO, DURMIENTES_ALIADOS. 

-Échame el cuento @TropajuoÉtico. Háblame sobre qué es lo que estoy comprando-, le pide Kenji a joven que tiene al frente. 

-La carpeta que dice Durmientes y Aliados, es una base de datos en Oracle con todos los agentes del SIBOL que operan en casi todo el mundo a través de las embajadas y con apoyo cubano. Además están listados los colaboradores de Cuba, Rusia, Bielorrusia, Palestina, Irán, Hezbollah, Podemos, ETA, La Cámpora y Esquerra Republicana de Catalunya. A toda esa gente se les pagaba como si fuesen una nomina para ayudarnos a sostener la revolución de Panelo y el socialismo del siglo XXI a nivel mundial. En Argentina hay bastantes. 

La carpeta de “EL COLECTIVO”, es la nomina de diez mil colectivos repartidos en cien agrupaciones a nivel nacional. 

La carpeta del CLEPTO, son todos los detalles de la criptomoneda. La estructura de los bloques de la cadena. Las vulnerabilidades, clientes, detalles del diseño. Todo en ruso. Aunque eso para ustedes no es problema. 

-Confírmame... 

-¿Perdón? 

-Tú no...- Kenji le habla a los de las maquinas de café en la estación. 

Kenji si nota que los dos morenos ven la comida de los espectadores del futbol con ganas de caerle encima. Nota lo mismo del @TropajuoEtico al mirar su plato. Pero este, al darse cuenta se incomoda. 

-Seis días de viaje. Es una jornada dura. Cuando me vine, lo hice en avión y cuando me bajé del avión estaba vuelto mier%&$# y con mucha hambre. 

-Me da pena contigo mi pana, pero desearía poder hacer esto más rápido para que me pagues, porque tenemos dos días sin comer. A pesar de haber vendido un par de kalashnikov y las pistolas a buen precio en Cúcuta, se nos termino la plata. Y buen precio es mucho decir porque, no somos los únicos que hacemos lo mismo. Guardias, polochos, milicos y otros Siboles hacen lo mismo. Fue haciendo una cola para eso, que casi nos agarran los Elenos. 

El viejo que lee el periódico, llama a la mesera y le da unas instrucciones en voz muy baja. La mesera va donde el cocinero y regresa a las mesas con tres órdenes de parrilla grande para los tres viajeros.

-Come con calma, para que no te vaya a caer mal. Vienen de no comer nada a comer parrilla.

-Uuuufff gracias. El @TropajuoEtico comienza a comer.

-Dime algo.

-¿SO?

-¿Valió la pena?

-¿CO COSHA?

-Haber trabajado en el SIBOL. Sostener el desastre que ocurre en nuestro país. Meter jóvenes inocentes presos, desaparecerlos, torturarlos o matarlos. Hackear cuentas de correo o redes sociales, difamar gente o exponerla para hacerles todo lo anterior ¿Valió la pena? Digo, es la pregunta que llevo haciéndome los últimos cinco meses, que me ha tocado ver militares, policías y tipos como tú saliendo del país.

El @TropajuoEtico traga y se queda pensativo con la mirada perdida.

-Yo no sé los demás, pero yo lo que quería era ganar plata. Tener un prestigio que más nadie me iba a dar. Estar al frente de algo. “Sé Jefe puej”, el mejor, tener el control. Que la corrupción y toda la ver%&$#, yo sé todo eso ¿Pero qué? Yo también quería estar en la jugada. Ahora estoy pelando bo/(&%$ ¿Millón y medio de bolívares mensual chamo? Luego me cambiaron por @Irreal, por la mier%&$ del CLEPTO.

-Eras un oportunista.

-No se los otros, no sé esos chamos, el flaco por ejemplo. Él andaba con un moj//&% mental sobre un país nuevo y toda la mier&/%$ y que no sabía que esto era así y tal. Y el que se me quería sentar aquí, es rolo de malandro. Pobre Argentina si dejan este chamo suelto aquí. Ese lo que es malandro, asesino, extorsionador y secuestrador. Si se junta con otros dos como él, bueno…

Si no fuera porque el Pingüino me confirma la información, del sistema de reconocimiento facial de la base de datos del SIBOL que tenemos, pensaría que es una estratagema del @TropajuoEtico, para deshacerse de ese angustioso “socio”.

-¿Samurai?

-Ujum…

-Descargamos las bases de datos de los “DURMIENTES_ALIADOS” y la del Colectivo.

-Estamos montando la de los durmientes en el sistema de reconocimiento facial de la red de cámaras de seguridad de la ciudad-, Indica el viejo que está leyendo el periódico en la otra mesa. Es Santiago Luis Riquelme Cabrera (@COordobes), un agente del AFI (Agencia Federal de Inteligencia).

-Háblame de lo del CLEPTO ¿Será buen negocio que gaste los ahorros de mi vida en eso?

-Por favor Samurai ¿Que no lo ves? El CLEPTO es un experimento financiero para lavar dinero. Una estratagema para poder sacar los capitales que están presos en los países donde la nomenclatura del PUFS esta sancionada. Los testaferros compran los CLEPTOS y luego los revenden en criptomonedas de uso cuasi legal y luego los vuelven a cambiar a dinero fiduciario en países donde se sienten seguros. En el camino hay pérdidas pero no son comparadas con las cantidades de dinero que se mueven.

-¿Pero alguien recompra esos CLEPTOS?

-Los rusos. Putin y sus amigos. Nicodemo hipoteca literalmente el país con esta mamarrachada que dirige @Irreal.

-¿Y si les sale mal?

-No importa. Si los rusos pierden el control de ese petróleo y del país, la plata ya está en Rusia. Bien controladita. Se las quitarán y quedarán en el aire.

-¡PUTA QUEEEE ME REEEMALPARIÓ!- Grita emocionado el @COordobes desde la otra mesa. Su gente, con la que también tiene comunicación remota, al parecer le ha dado buenas noticias de la base de datos.

El @SamuraiOrenji presiona el conmutador en sus lentes especiales para preguntar estatus. 

-Amazon está descargando lo del CLEPTO, pero ya no lo vamos monitorear, porque eso pesa una ver%&$#-, responde el @PingüinoPKR.

@PingüinoPKR y @Perrofino son sorprendidos por un viejo auto Maserati Quattroporte III que les pasa veloz por un lado, casi salpicándolos con agua empozada en una cuneta. Del auto salen cinco sujetos vestidos con sobretodo. Dos de ellos, de cuero negro y los otros con unas más coloridas, de tela sintética.


-Felicítame al @TropajuoEtico, @SamuraiOrenji. Por lo menos la base de durmientes es buena. Los cinco diablos que van para allá, uno es del servicio exterior cubano, un G2, dos  son agentes del SIBOL, en comisión de servicio en la embajada de Venezuela en Buenos Aires y los otros dos, son de "La Cámpora", el ejercito personal de Kretina. Y apúrense que van como con prisa hacia ustedes.

El @SamuraiOrenji, inexpresivo recibe la noticia. El @COordobes, el viejo comensal barbudo, llama de nuevo a la mesera y le da un par de instrucciones haciendo señales con sus manos. La mesera se retira y va directo al camión, saca de la parte de atrás de la barra, un bolso y lo pone sobre la mesa de Kenji. @MinaDensa es el nombre de la mesera, y también es agente de la AFI.

-Cien mil dólares. Distribúyelos y adminístralos con sabiduría @TropajuoEtico. Acompaña esos dos-, Kenji señala a los espectadores del partido que se están poniendo de pie y se retiran, -y llévales el paso, ellos los llevarán hasta el Rio, a veinte minutos de aquí. 

Allí un lanchero  los llevara a Colonia del Sacramento en Uruguay. El lanchero no es muy hablador, págale sus 30 dólares por ocupante y agáchense. 

El @TropajuoEtico y sus dos acompañantes hacen caso, plato de parrilla en mano, se retiran tras los dos jóvenes que veían el partido. Apenas los cinco hombres son arropados por la sombra del viaducto, y se adentran en el parque Casa Cuna, aparecen los cinco del Maserati. Sin sentarse, tímidamente saludan a los presentes en las mesas y uno de ellos mira a la mesera, @MinaDensa, con ojos de lujuria, lo que incomoda a la chica, que se pone a limpiar las mesas.

-Guarda, Marcelo, ese chabón que están ahí parece venezolano-  indica uno de los agentes del SIBOL, en jerga proteña, a uno de los hombres de "La Cámpora", conocido como @PeronyK. El agente, alias @MauriGato se voltea y ordena a su subordinado:

-Yeison, pasa la tablet esa ahí, pa ver las fotos-, el joven obedece y le muestra a @MauriGato. -No, chamo, no es. Pero ahora que me acuerdo, a este lo he visto yo antes. Se dirige de nuevo a Yeison, -de bolas, ma=#$%, eran a los que íbamos a coñ$#&/r en la Plaza San Martín, cuando lo de la protesta en la cancillería. 


-¿Qué decís, ché?-, se queja @PeronyK, un miembro radicalmente violento de “La Cámpora”. -¿No podes hablar castellano, como la gente? que no te entendemos un choto ¡Estás en Argentina, che, civilizate!

-Boludo, que ese chabón de ahí no es de los traidores que buscamos, pero igual es un vende patria de los que se nos quisieron envalentonar-, indica @MauriGato, el SIBOL enlace con los malandros de "La Cámpora".

-Cheee, me chupa un huevo si son o no son los que buscamos, porque vinimos a romperle bien el orto a cualquier venezolano puto. Cualquiera sirve ¿Viste?- dice  @PeronyK mirando a Yeison.

@MauriGato ataja a Yeison, que iba a coser a tiros a @PeronyK. En cambio, le da la orden irle a preguntar cómo llegar a Zapiola al 2100. Pero @ElCheVive, decide que lo mejor es que sea él, quien vaya.

-Noo dejá que vaya yo. No se manda a un pelotudo a hacer el trabajo de un hombre. A este turro le van a coger la tonada.

El @ElCheVive llega hasta la mesa de Kenji, quien mira muy entretenido el partido.

-Buenas noches caballero. ¿Me dice para donde me queda Zapiola al 2100? 

-Buenas. Me suena pero no conozco. 

-¿De dónde sos vos, de Colombia? 

-De Venezuela.

-¿De Venezuela? ¡Aguante Chávez!-, pero Kenji lo mira sin decirle nada y voltea la mirada al partido. 

-¿Qué pasa, ché?-, con voz airada, -¿Ustedes son, gorilas, cipayos, vende patrias, enemigos de la patria grande?

-Mira chamo, agarra ahí 20 pesos y déjame ver el partido. 

-¡Guardatelós, nomás, hijo de puta, para que te matés el hambre, pelotudo!-, el grupo de “sapos” se va acercando y el tal Yeison quiere pelear con Kenji.  

-Yo te conozco, ma%&$#ito. Te nos salvaste en la Cancillería porque se metió la policía a cambiarles los pañales. Y que cantando el himno, p/&%úo, mam/(&%#bo-, increpa Yeison.

-Te salvaste tú, de que te metieran el palo de la pancarta por el &%lo. Eso nunca se me va a olvidar. Ya no somos cuatro gatos mi pana, y pronto te vas a tener que devolver, porque a esta hora tu cara ya la conoce todo el mundo por aquí.

-Ya no son cuatro, pero siguen siendo gatos. Putos de mierda, les gusta la poronga por el orto, cipayos, vende patrias. Cuando Kretina regrese, los vamos a hacer cagar de hambre, forros de mierda-, responde @ElCheVive.
-¡HEY! ¡No quiero quilombo en mi negocio! ¡Ándense a las conchas de sus madres! - grita el cocinero saliendo del camión.

-¿Qué te crees muy valiente porque te trajiste la banda de caniches pulguientos estos? A todos les vamos a sacar las pulgas a patadas, negros villeros de mier#$*-, les responde Kenji.

-¿Cómo que caniche, qué es esa vai=&% de caniche? ¡Háblame claro, mam/(&%#bo!- responde un Yeison que está de a toque para desenfundar su pistola.

El viejo que se sentaba en la otra mesa, guarda el periódico y se pone de pie y encara a los molestos “clientes”, dirigiendo una sobrecogedora y penetrante mirada a @PeronyK y @ElCheVive.

-Teee voy a explicar pooor lástima, soorete: Caniche eees un poodle, un perro deee puto, porque eeeso es lo que ustedes son, laaaas perras de los margiiiinales negros de mierda eeestos. @PeronyK y @ElChevive sintieron un frío en la espalda.

-Aquí no hay policía que te proteja-, Yeison y  @ElCheVive sacan sus pistolas. Apenas, el hombre de “La Cámpora”, apenas saca su pistola para matar a Kenji, recibe un balazo en la cabeza por parte de la mesera (@MinaDensa). @ElCheVive, no ha caído al suelo, cuando Kenji le asesta dos tiros en el pecho al Yeison. El @SamuraiOrenji tenía su pistola HK-VP9, pegada debajo de la mesa, que voltea, para que le sirva de protección.




Los tres restantes, tuvieron chance de sacar sus armas, entre ellas un CZ Scorpion Evo 3 y cruzar la calle para atrincherarse en los carros estacionados. El cocinero, saca de unos de sus gabinetes, un FAL modificado argentino, con el que le da fuego de cobertura al @SamuraiOrenji y al @COordobez. Kenji cruza la calle hasta pasar por detrás de un de los vehículos de la fila donde se protegen los atacantes.

@PeronyK atrincherado a un costado de un Peugeot, hace armas contra el "samurai" infructuosamente. Kenji dispara por debajo de carro destrozándole los pies y @PeronyK cae al suelo, siendo rematado. El SIBOL, directivo en la embajada, al ver a su camarada caído con un tiro en la cabeza, se pone al descubierto disparando con su CZ, pero y su cabeza estalla por acción de las balas de 7.62mm del FAL. El cubano, reptando, se aleja del tiroteo, y apenas puede, corre en dirección al Maserati. Cuando dobla la esquina, entra veloz en el auto, pero se ve obligado a aplicar una estrategia para encender el vehículo, porque uno de los SIBOLES, era el que tenía la llave. Justo antes de remover la parte inferior del tablero, se da cuenta que una de las ventanas traseras está rota.

No fue una explosión devastadora. La granada de fósforo solo incendio el interior del auto de manera descontrolada pero sin afectar los alrededores. Cuando los bomberos llegaron, ya el vehículo era un cuadro de ceniza y metal derretido en el pavimento.


Mientras los tres desertores y los dos espectadores del partido, caminan con prisa por la calle Juan de Garay, se escucha el eco del tiroteo. Los tres desertores se detienen por una fracción de segundo, pero los guías no se detienen, así que prosiguen. Dos cuadras, antes de llegar al lugar donde espera la lancha, uno de los morenos desertores del SIBOL, el más inquieto, por el negocio de @ TropajuoEtico, le propina un golpe en la cabeza con un objeto contundente que consiguió cuando se detuvieron a escuchar el tiroteo. @TropajuoEtico cae soltando el bolso con el dinero. El moreno lo toma y corre con todas sus fuerzas en dirección sur, por la calle Azopardo. @TropajuoEtico no tarda en incorporarse y correr tras él. Pero el otro moreno duda de salir corriendo tras ellos, pues los dos espectadores del partido, solo voltearon a ver aquello, pero por nada del mundo se detuvieron, además ya comienza a escucharse el rumor de las patrullas de la policía, es mejor seguir tras los dos locales, a pesar de perder sus 33mil dólares, o lo que el mas malandro de los tres, tuviera a bien darle. 

@TropajuoEtico, llega a una esquina para continuar la persecución, cuando es sorprendido por su camarada, colega, prospecto del "hombre nuevo socialista", quien le hunde en el cuello un pico de botella y con una patada lo estrella, contra un auto estacionado, quedando el hombre tirado desangrándose. Pero todo aquello fue visto por dos agentes de la Policía Federal Argentina, que iban rumbo al lugar del tiroteo. Los policías le dan la voz de alto al sujeto, apuntándolo con sus armas, pero este decide correr. Sin dudar, los policías le dan un baño de tiros, cayendo boca abajo, en mitad de la calle y soltando el bolso con el dinero que se desparrama luego de hacer una pequeña nube de papel. Curioso dinero que al caer en el piso húmedo, comienza a efervescer y a desteñirse.

El joven desertor, habiendo alcanzado a los dos guías es invitado a conversar por estos: 

-Decidiste bien.

-Sí, pero me quede sin plata.

-Tranquilo que del otro lado del rio consigues alguna v%&#”ita. Dios proveerá y algún c#$%o echa sangre. 

-¿Son Venezolanos?

-De “La Hermandad”. @Maracu_Che y yo, @Mevineapie. Y allí esta tu lancha. 

El joven aborda la lancha a la vista de un anciano que espera que este le pague sus 10 dólares.

-Ve ¿Que no piensas pagarle al viejo?-, pregunta el @Maracu_Che. 

-viejo, solo tengo dos dólares- le dice el joven y temeroso desertor al lanchero. 

-¡Che! En ese saco tenés para comprarme la lancha. 

El joven se da cuenta que está sentado al lado de un saco sucio que dice "café tostado en grano". Y en su interior varios fajos de billetes de 100 dólares. 

-¿Y esto? 

-Era el pago para tu amigo si sobrevivía a la caminata desde el Truck Food hasta aca, sin que lo mataran tus amigos de aquí, o que se mataran ustedes, o los matáramos nosotros o la policía. Como ves ¡Paso lo segundo! Creemos nosotros.

-¡Era dinero falso el del otro bolso!

-Sí. Son de los que se imprimen en la triple frontera. Casi tan bueno como el verdadero. Un último consejo. El Barrio de la Boca en Montevideo, tiene buenos lugares para esconderse, al menos una semana. 

Atónito, después de las palabras de @Mevineapie, el desertor toma del saco el pago para el anciano. Son 100 dólares, pero el anciano le advierte que no tiene cambio. Este sigilosamente arranca hacia la desembocadura del Darsena Sur con el Rio de la plata. En el camino el desertor ve ir y venir patrullas por toda la Avenida Ricardo Balbín. 

Kenji ya tiene cargada en su tablet, la base de datos de los Durmientes y Aliados de la Revolución. @LucioAugustoX ya ha dado la orden de compartir esta información con la inteligencia de todos los países que reciben refugiados venezolanos, y con las células de “La Hermandad” en dichos países. Además, Amazon está publicando de manera randomizada entre todos los bots de las redes sociales, dicha información bajo el hashtag #PanelerosqueHuyen. Toca hacer limpieza.

HIPOLITO UNANUE 

CRUCE CON

AGUSTIN GAMARRA

Me llamo Javier Encalada Herencia y en Twitter soy el @P4raguaner0. Mi familia tenía un restaurante Peruano en Punto Fijo, cerca de la Plaza Bolívar. Pero hace diez años, tras el secuestro de mi papá, decidimos que era mejor que emigráramos apenas me graduara de administrador de empresas. Papá volvería a la tierra que lo vio nacer y mamá y yo a adaptarnos a una nueva vida. 

Irónicamente, aquí en Lima, abrimos un pequeño restaurante de Comida Venezolana, la “Arepa de Choclo”, aquí en la calle Agustín Gamarra, al lado de la Cámara de Comercio.

Extraño mi país como todos los demás. Desde la melancolía, no aportaré nada nuevo. No diré lo que antes no se haya dicho, incluso es obvia la promesa de volver, apenas las cosas cambien en Venezuela. Pero…


Gamarra es una zona netamente comercial, es más o menos como decir el boulevard Sabana Grande o los alrededores de la Plaza Bolívar de Caracas, hasta La Marrón. Aquí cientos de fabricas de textiles, ventas de ropa, bisutería, talabarterías, joyerías, y toda suerte de comercios asociados. Cuando llegamos, éramos los únicos venezolanos en el sector. Papá sabía que Venezuela pasaría por todo este sufrimiento.  El tiempo le dio la razón y acallo a quienes lo tildaban de loco. Ahora, la calle está inundada de venezolanos que huyen de Nicodemo y su régimen.

En su mayoría, los venezolanos, están dedicados a vender toda suerte de comidas rápidas a los transeúntes que van camino a sus trabajos. Pastelitos, tequeños, arroz con pollo, dulces y tizana. No es muy difícil diferenciarlos de los vendedores informales locales. La indumentaria típica, alguna prenda con el tricolor nacional y sus estrellas, una pequeña gavera y una carrucha de mercado y una jornada de 15 horas bajo el agua, el sol y el frío de la noche.


A diario, recorro las calles de Gamarra, con mi padre. Nos preocupa que cada vez son más los compatriotas que inundan las aceras en busca de un futuro que el PUFS les niega, en nuestro país. Al principio, los primeros vendedores ambulantes eran ingenieros, arquitectos, abogados y hasta doctores. Cada semana había un vendedor nuevo. Luego, a medida que las cosas en Venezuela empeoraban, cada semana había dos. 


Pero después de 2014, la cosa fue incrementándose vertiginosamente hasta llegar a ser de dos diarios, y al menos uno de ellos, una persona sin la primaria completa. 

Me uní a “La Hermandad” precisamente en 2014, para ser una especie de “embajador”, comunicador en el sur de Latinoamérica de lo que sucede en Venezuela. También hago la tarea informal de hacer un censo de los que llegan a las calles de Gamarra. Llevo unas modestas estadísticas de la situación. Junto con otros compatriotas, que llegaron incluso antes que yo, creamos una pequeña asociación de ayuda a los venezolanos emigrantes. Nuestro objetivo es crecer y organizarnos lo suficiente como para poder promover leyes que nos ayuden; operativos de salud, orientación y formación. Porque ya no son tantos los que llegan con un título bajo el brazo, están llegando muchos que apenas y saben leer y escribir. 

Los primeros, encuentran en la economía informal, una salida transitoria, hasta que consiguen ejercer sus profesiones o cambiar de oficio, haciendo labores más lucrativas, pero los últimos, podrían convertirse en un serio problema social. Eso sin contar que también los malandros están viniendo, al punto, que no es muy difícil identificarlos o que ocurran sucesos donde algún venezolano esté implicado.


Mientras, esto ocurre en Gamarra, Venezuela va muriendo de a poco. Nicodemo, un extranjero infeliz que mal gobierna Venezuela, sometiéndola a una penosa agonía, con tal de mantenerse en el poder. Un tipo que nunca ha sabido lo que es el trabajo ni el estudio, se burla a diario, de quienes forzados por la necesidad, se ven obligados a venir aquí, para buscar futuro y mantener a sus familias, que malviven aun en Venezuela. La oposición, ahogada en sus propios conflictos, contradicciones y ambiciones, se debilita vertiginosamente, al punto que Nicodemo ha logrado montar unas elecciones con opositores hechos a su medida. Ya nadie cree en los políticos. La gente prefiere hacer maletas e irse, antes que hacer oídos a sus promesas de resolver la situación.

@P4raguaner0 recorre las calles de Gamarra, como todas las mañanas, con su padre como todas las mañanas. Reparte folletos a los nuevos venezolanos informales, para notificarles sobre la existencia de la nueva ONG que les puede ayudar y orientar en el país. Tablet en mano, @P4raguaner0, entrevista a los emigrantes y agrega la información para su censo. 


Él tiene a la vista en su tablet, la lista de los  #PanelerosqueHuyen, o la lista de agentes del régimen del PUFS en Perú. Él sabe que estas personas pululan las calles, buscado, amedrentar a los desertores de sus fuerzas de represión y a los activistas, que habiéndose ido al exilio, no dejan de alentar a los que aún no se han ido.

Estando atendiendo en el restaurante, el @P4raguaner0, pareció haber avistado al sargento Margarito García. Javier (el @P4raguaner0), se asoma a la calle, luego de servir una tanda de refrescos y de dejar a los clientes en manos de una de las meseras gochitas que atienden en su local. Saca la tablet y realiza una búsqueda: "#PanelerosqueHuyen + #Perú". La de García, es la primera foto en aparecer. Vuelve a mirar la calle, y en el cruce con Unanue lo ve parado viendo hacia el este, tal vez mirando a un grupo de compatriotas que venden pastelitos que están en fila promoviendo su mercancía.

@P4raguaner0, se pone un poco nervioso. Según la reseña, García es un efectivo del COÑAZ, catalogado como muy peligroso. Ya @P4raguaner0 sospechaba algo de este sujeto, ya que en sus recorridos, al menos una vez a la semana se lo topaba. Verlo en la lista, confirmo sus sospechas. Evitando que el sargento García lo note, @P4raguaner0  lo sigue por la calle Agustín Gamarra. Trata de mantenerse a unos cincuenta metros de distancia, mezclado entre la gente, tal como lo aprendió en los videos de entrenamiento de “La Hermandad”. García, parece buscar a alguien. 


Miguel Reyes se coloca en su puesto a vender pastelitos como ha venido haciendo desde hace cuatro semanas, desde que llego a Perú. Aun no reúne los 30 soles, como para un carrito de mercado, así que tendrá que ir y venir con sus rondas de 10 pastelitos. A pesar de las molestias, la comida se vende bien y los venezolanos tienen buena reputación de ser buenos cocineros, trabajar aseado dentro de lo que cabe, y de ser buenos vendedores.

Ha pasado una hora de comenzar a vender, cuando avista al sargento García, y este a él, por lo que esconderse, no será posible. García y se acerca rápidamente. 

-¡Reyes! ¡Sabia que te encontraría aquí! 


-¡Sargento García!-, Reyes está preocupado, no sabe si darle el saludo militar o darle un simple apretón de manos. 

-¡Cálmate! Relajado. Además no me llames sargento, estamos fuera de nuestra patria querida. Es capcioso. Yo soy un turista y tú, un emigrante. Es en Venezuela que yo sería sargento y tu un desertor ¡Pero calmado! Yo tan pronto supe de tu partida, vine a buscarte, quería proponerte un negocio en nombre de nuestra  gran amistad. 

-¿Cual es ese negocio? García, no puedo dejar de vender mis pastelitos ¿Podemos hablar a las 7 que termino aquí? 

-¡Muy tarde! Te propongo algo mejor. Agarra estos 100 soles, que sería tu venta del día y vente conmigo ¡Metámonos en aquel negocio con ese nombre tan cómico! 

Reyes, acepta el pago y la invitación de García a hablar en un local de comida china  llamado "TAN DAO VIEN".



-¡Vamos Reyes! ¡Relájate mari/(&%! ¡Tú no eras así! ¡Comamos algo! Este restaurante chino es bueno. Aunque el nombre sea patético. 

-¿TAN DAO VIEN? Los Peruanos son medio locos ¿sabes? 

Los dos hombres entran en el restaurante, mientras el @P4raguaner0 mira a casi 30 metros, mezclado ente la multitud. 

García y Reyes toman asiento. García pide un plato de degustación y un par de cervezas.  

El @P4raguaner0, a las afueras del restaurante, está tentado a entrar, pero considera pertinente contactar a "La Hermandad", así que hace una video llamada. 

-Amazon. Es el @P4raguaner0, aquí en Perú. 

-Tranquilo, se que eres tú.

-Acabo de ver a Margarito García. El que aparece en la lista #PanelerosqueHuyen de agentes en Perú.

-Comprendo.

-Agarro a un chamo que vende arepas y pastelitos en la calle y lo metió en un restaurante chino aquí en la calle San Cristóbal de Gamarra. Yo como que voy a pasar a ver de qué se trata. 

-¿¡Aló @P4raguaner0!?- una ventana emergente aparece en la interfaz.

-Sí, ¿quién habla? 


-@SamuraiOrenji-, responde Kenji desde el Falcon 900 de La Hermandad, rumbo a Santiago de Chile. Kenji leía con orgullo la noticia que la AFI había desmantelado, capturado y abatido a la célula original que había ejecutado el atentado contra la AMIA en 1994. Se trató de una operación conjunta entre Argentina, Brasil y Paraguay, en la triple frontera. 



-¡El Samurai!

-Sí. Parame bo#$ ¿Que restaurante es ese? 

-Tan Dao Vien. 

-¿Perdón? 

- Si, si, sin j%&$#dera, así se llama. Aquí en Perú, a veces, le ponen nombres locos a las vai##&/s. El restaurante de al lado se llama Miano, especialidad en comida italiana. 

-¡Caraj%&$! En fin. Amazon, entra en su sistema de cámaras ¡Y tú! Carajito quédate afuera y espera a que se retiren a ver para donde cogen. 

-Soy discreto. Yo Puedo... 

-¡No puedes! No tienes el entrenamiento, ni el equipo necesarios. El tipo no es un SIBOL de caja de Korn Flakes, ni un Colectivo Malandro de acera, ni un FRI ráspame y si salen los tres bigoticos de Nicodemo, te ganas la chapa y el uniforme. Es un COÑAZ. Apenas vea que lo espías, te matara ¡Así que vigila sin que te vean! ¡Amazon háblame! 

-Tengo ojos dentro del restaurante. Puedo ver todo el local. Son dos cámaras Mobotix C26x360, las que están instaladas en el salón.  El sujeto está sentado en una mesa del extremo sur del salón, junto a un sujeto que según mi sistema de reconocimiento facial es Miguel Reyes, cabo desertor del COÑAZ, hace dos meses.


Luego de disfrutar la comida y las cervezas, como tenía tiempo que no lo hacía, Reyes suspira profundamente y mira a García. 

-¡Gracias mi pana! Pero. Dime ¿Que negocio es ese que me propones? 

-Quiero hacer el mismo negocio que teníamos en Venezuela. 

-¿Cobrar vacuna? 

-¡No chico! Dar chuleta. Sicariato. Pero con una clientela más internacional. Trabajos caros, en dólares, euros, bitcoins, como quieras que te paguen. Este es el trabajo-, García le da el teléfono a Reyes, y este sorprendido pregunta:  

-¿Viajaras allí para eso? 

-¡Yo no! Tú. Te ganaras un millón de dólares por hacer este trabajo. Es una plata que nunca te ganaras vendiendo pastelitos. 

-¿Pero como viajare allí? 

-Yo tengo todo arreglado. Los pasajes, la entrada y la salida. Todo está controlado. 

En el avión Kenji, angustiado, trata de leer, sin mucho éxito, lo que dicen los labios de los dos hombres.



-Hablan de un viaje. Ok, ¡me rindo! ¡Lennon! ¡Nos vamos para Lima!

-Ta bien @LibertyStatue. Nooo mam%&$bo ¡Llego a Santiago! K%&$#o, me baño, como, descanso y agarro el avión otra vez. 

-¡Grosero! ¡Sindicalero flojo! ¡Hey carajito! Llego en 12 horas a Lima. Mientras, tanto, no inventes y si vas a inventar, trata que no te maten. 

-¡Seguro!-, el @P4raguaner0 responde dudoso. 

En el curioso restaurante, el cabo Reyes, también luce dudoso de la oferta de su antiguo jefe: 

-No me convences. Así te estarán pagando que me estas subcontratando. No quieres asumir los riesgos ¡Puedo hasta morir! 

-¡No vale! Te estoy subcontratando, porque no solo eres mi mejor cabo, eres mi pana y te veo así jo%&$#. Vendiendo pastelitos en la calle ¿Quejeso? En cambio yo, tengo trabajo en la embajada y no puedo ausentarme. Trabajos que dan ¡platibiri men! y que cuando vuelvas te puedo meter, pero debes ganarte la reputación. Esto es como toda nueva empresa, si el primer trabajo sale bien, tendremos trabajito siempre ¿Que dices? Y ojo, hay viáticos, pero recortaditos. Pago al llegar al país. Pago para la salida y luego la recompensa acá en Perú. 

-Quiero dos millones de dólares. 

-¡Tas hambriao! ¡Cuidado te atropella una rueda de tomate!... Jajaja. Millón y medio y un carrito como el que le recuperamos al general allá arriba en  Jose Félix, cuando lo robaron ¿Te acuerdas?

-Un Porsche Carrera...


-¡Cómo nos rumbeamos ese carro! antes de devolverlo ¿Te acuerdas? ¡Echamos machete que jod%&# en la playa! 


Con tristeza, el cabo Reyes recuerda melancólico ese momento. 

-Con esa plata me puedo traer a esa jevita para acá. 

-¡Bueeeeno mar%&$#”..! ¿De qué estamos hablando el mío? ¡Deja esa cava m”#%$ica ahí chico y vámonos! 

-Si va.

LA NEVERA


Es de noche en la urbanización La Molina, una de las más lujosas de Lima. Han pasado más de 24 horas, desde que Javier Encalada (el @P4raguaner0), reconoció al nefasto sargento Margarito García.
García está en la cocina hablando por su celular y casi metido dentro de la nevera, que parece tan grande como un vestier. Está eligiendo entre veinte marcas de cerveza, la que se va a tomar, para acompañar un suculento submarino "bien resuelto", con tres tipos de queso y jamón de pierna, pavo y jamón serrano, que se acaba de preparar.

-Como te iba diciendo. El hombre se llama Miguel Reyes. Llega a Monterrey mañana a las diez. Trátamelo bien. Si... Si... Cuando él esté del otro lado por favor provéele de un kit de “herramientas básicas”… ¡No vaaale! Un cacho de chivo no. Un yerrito bueno, bonito, barato ¡Y que no tenga muerto por favor! Ya te pagué en Móneros. Si. Toma nota XMR-35629TY563#234. Ya se... Para comida y alojamiento… Es un placer hacer negocios con ustedes.

Al colgar el teléfono, y habiendo elegido la cerveza que se iba a tomar, García voltea hacia la mesa donde encuentra con sorpresa que a su submarino, le han metido un mordisco.  Kenji el @SamuraiOrenji, sentado en el extremo de la mesa, más cercano a la puerta, mastica y espera porque García se desocupe.


-@Irreal, el esposo de tu novia, se va a sorprender todo, cuando la policía le pregunte, por qué tu cuerpo estaba dentro de ese refrigerador. 

"¡FUUUIIIIIIUFFF!", silba García. 

-¿Le silbas al dueño de esto?- Kenji le muestra a García un escopeta automática Fostech Origin 12, con silenciador, casi tan largo como el arma y cargador de tambor para 100 disparos.


-¡oooOOOOH JESUS! 

-¿Jesús? A Jesús le di tres tiros con esta ver$%$#” esta y cayó en la piscina de la casa de al lado. Así que podremos conversar hasta que la gente de la otra casa llame a la policía, porque hay un muerto flotando en su piscina. 

-Ok amigo-, García, sube las manos. -Puedes llevarte lo que quieras. 

-No vine a robar. Vengo a matarte. 

-Ah! Ya entendí. Pero ven acá, vamos a hablar ¿Puedo sentarme? 

-No. En el camino de la nevera a la mesa esta esa repisa donde está tu arma. 

-¿Cómo?

-Se ve el reflejo en esa compuerta de vidrio de la nevera, a tu izquierda. 

-Bueno, está bien. Mira yo sé que mi novia Anabella Bueno, es un poco impulsiva y sin reservas dice lo que piensa, pecando de sincera. Pero si ofendió a la mujer de tu jefe. Porque supongo que a eso vienes. Podemos tu jefe y yo hablar, podemos dialogar, entendernos… 



-No me manda ningún jefe marido de las mises a las que tu novia puso al escarnio. Vengo por ti. Soy de "La Hermandad". 

-¡Ooohhjj! Un "hermanito"... Estas cortándole las cabezas a los #PanelerosqueHuyen. Como paso en Argentina. 

-Y en Chile. Toca Perú. Sabes… voy de subida. 

-Ustedes los "hermanitos", tienen fama de ser gente sensata. Podemos dialogar... 

“¡AAAAAAAYYY DIOS MIO UN MUERTO!”

El grito airado de la ama de llaves de la otra casa era la sentencia de muerte de García, quien al tratar de abalanzarse contra la repisa donde tenía la pistola, es interceptado en pleno vuelo, por los primeros disparos de la escopeta automática que el @SamuraiOrenji le quito a uno de los desafortunados guardaespaldas de García. La potencia de los perdigones tres en boca es tal, que García cae dentro de la nevera. No hubo mas  escándalo que el de los frascos, botellas y vidrios que se reventaron vertiendo su contenido en el cadáver de García. El silenciador hizo su parte, los disparos sonaban como los estornudos de un perro. García yace aderezado en cataratas de cerveza, tortas de chocolate y vainilla, vegetales y salsas. Sólo quedó su mano fuera del refrigerador, sosteniendo firmemente uno de sus Smartphone de gama alta, que Kenji no dudo en quitarle. 

El Samurai revisa rápida pero meticulosamente a su víctima, y luego de llevarse sus dos teléfonos, le cierra el frio y delicioso ataúd, trancándolo con la pistola, que García trataba de alcanzar antes de morir, colocándola entre las asas.

El @P4raguaner0 espera a Kenji, fascinado e incrédulo de estar conduciendo un auto digno de un héroe de películas. Se trata de un Mc Laren 650 negro mate, que el Samurai alquilo en el aeropuerto.


-¡Increíble! ¡Es como si condujera el batimóvil! 

-¿Que pasó Batman? Disfruta los momentos emocionantes de la vida sin que estos te distraigan de tu misión-, aconseja Kenji a Javier (@P4raguaner0) entrando en el vehículo de puertas tipo mariposa ¡Nos vamos para el aeropuerto! Amazon, por favor analiza estos teléfonos. Kenji conecta los dos teléfonos a su laptop.



Pasados cinco minutos rodando por la autopista Panamericana Norte, rumbo al aeropuerto, Amazon y @AliceCooper se comunican con Kenji. 

-Hay varias cosas interesantes en estos teléfonos. García acaba de pagar a Los Zetas un servicio en Móneros, para el  envío de una persona dentro de los Estados Unidos-, responde @AliceCooper. 

-Miguel Reyes. El tipo después de reunirse con García, no volvió a su refugio-, responde el @P4raguaner0, mientras conduce.

-No sabemos quién es el "cliente", pero sí quienes son las personas que Reyes debe matar. Hay un paquete de información que le da García a Reyes; incluye mapas de la ciudad de McPherson en Kansas y artículos científicos sobre un conjunto de curas contra el cáncer que estaría desarrollando Hoesht Marion Smithkline. El nombre de Bertha Benacerraf se ve en varios de estos documentos.


-Ok, van a matar a un posible premio Nobel de medicina.

-Benacerraf es venezolana. Fue profesora de bioquímica en la UCV.

-¿Hay manera de evitarlo? ¿Avisar a las autoridades?

-Se puede, pero, hay otro problema- dice Amazon.

-¿Cuál?

Amazon coloca la foto de Minda.


-Esto estaba en el mismo teléfono donde llevaba los negocios, junto con unos diálogos donde se sugiere, asesinarla a cambio de una recompensa. 

-La químico esclavizada como “cocinera” para el cartel Bolivariano y que fue testigo clave en el juicio a los Narcosobrinos.


-Sí. Solo que ahora ella luce así. Y se llama Susan Montero-, Amazon, pone en pantalla la foto de Susan.

-¡Uuuuuyyy que elegancia!-, exclama el @P4raguaner0. 

-¡Concéntrate en el camino que si chocamos en este coroto nos matamos! 

-Por el análisis-, dice @AliceCooper, -son dos trabajos diferentes, dos clientes diferentes. Uno para matar a Minda por 30.200 Móneros y otro para matar a Benacerraf por 48.200 Móneros. 

-Pero ¿Como sabía García que Minda...?

-Lo sabía. La base de datos de empleados de Hoesht… no la conseguí hackeando sus servidores, sino del mismo teléfono de García. Donde también estaba la lista de tesistas de Benacerraf.

-¡Dios mío! ¿Y por que manda a Reyes? 

-Delegas @P4raguaner0. Transfieres el riesgo a otro que haga el trabajo, te quedas con la mayor parte de la ganancia, si no es que te quedas con todo. Los tipos como García, tienden a la larga, a matar a sus “empleados”.

-Lennon, prepárame un viaje a ese pueblo, McPherson.

-Sería con escala en Houston Texas y luego a La Salina, a una hora de McPherson. Porque el aeropuerto de allí es privado, y no hay tiempo de cuadrar un aterrizaje allí.

EL CAMINO PELIGROSO


A las afueras de Pirtleville, Arizona, un pueblo de los Estados Unidos, a tres kilómetros de la frontera con México, una gandola con carga refrigerada, se estaciona a un lado de la vía. Luego de un minuto, hace unos extraños cambios de luces. El ayudante del gandolero se baja, y luego de verificar que la policía no está en los alrededores, abre un panel del contenedor que hace de compuerta, dejando salir a una docena de personas, temblorosas y con gruesos abrigos. Las personas, hombres y mujeres jóvenes, son inmigrantes ilegales provenientes de varios lugares de Centroamérica. Estos corren hacia el monte, lejos de la vía para no ser vistos por ninguna patrulla. El gandolero los ahuyenta y golpea a algún rezagado desprevenido, luego él y su ayudante se suben al vehículo, y se largan.

A pocos metros  del lugar de desembarque de los ilegales, dos camionetas pick up aparecen. Una de color verde oscuro y otra negra. Silbidos e insultos son suficientes para motivar a los buscadores del sueño americano, a salir de sus escondites, para subirse velozmente en los cajones. Uno de los copilotos de las pick up, separa a los que van a la pick up negra de los que irán en la verde.


Incluso bajan gente de las pick ups a punta de pistola. Parece que para estas personas el viaje en la pick up, no forma parte del “paquete” de algunos viajeros. Cargadas las pick ups, en un proceso que no dura más de tres minutos, arrancan, rumbo al norte.

En la pick up negra, va Jairo Restrepo, visiblemente agotado, aun así no puede quedarse dormido hasta llegar al motel donde le tocará quedarse. Pero al menos puede hablar y respirar aire fresco.

-Usted ¿Es venezolano?-, le pregunta Jairo a uno de sus tres acompañantes de cajón. 


-¡Sí!-, responde el hombre luego de mirar a los lados y dudar en responder. -¿Como supo?

-Hablas así como rarito güey- le responde otro de los ocupantes del cajón, con marcado acento mexicano norteño. El grupo ríe burlándose del venezolano. -Y tu güey. Eres colombiano.

-¡Claro! ¿Dónde van?

-No se puede decir chamaco. Es de mala suerte. Usted solo vaya donde va y ya-, responde el mexicano. Luego todos permanecen en silencio.

-¡Tu!-, Te quedas aquí. Señala el conductor de la pick up a Jairo, en una parada cerca de un viejo motel a las afueras de un pueblo llamado El Socorro, en Nuevo México. Luego de bajarse Jairo, la pick up continúa su marcha. Media hora más tarde, harán lo mismo con el venezolano.

-¡Hey veneco! Esta maletita te la mando a dar tu jefe-, el conductor de la pick up le entrega una pequeña maleta de plástico marrón. Y un fajo de billetes de 100 dólares. La pick up se aleja y el hombre entra en el motel. Ya es de día, pero esperará hasta el anochecer para retomar el camino hacia McPherson.


EL MUSTANG AZUL

Susan lleva una semana de su cuenta en McPherson, solo vigilada con desdén por Henry, el esposo de Bertha. Bertha sigue en  Atlanta, sorprendida de que lo que en principio era una reunión de tres días, se ha extendido a dos semanas de largas y tediosas faenas con la FDA para finiquitar la última etapa de prueba de la línea de tratamientos LinfoTeraphy. Susan no pudo acompañar a Bertha por cuestiones relacionadas con su estatus de testigo protegido. En su lugar, participaba en al menos una videoconferencia diaria, casi siempre, para responder las mismas cuatro preguntas a un tecnócrata diferente.



Un viernes, mientras escogía unas verduras, en el pasillo de legumbres del supermercado Dillons, Susan, recibe una  grata sorpresa; tanto que su rostro se ilumino con sus ojos completamente abiertos y una sonrisa de oreja a oreja, poco frecuente en ella, después que de haber sido detenida por el SIBOL, cuando era Minda.

-¡HOLA MARCEL!

-¡Hooolaa mi niña! ¿Como estas?

-Bien, comprando comidita para cocinar esta noche.

-Somos dos-, responde Marcel empujando un carro de compras lleno hasta la mitad.

-Marcel. Discúlpame una vez más, pero no puedo dejar de agradecerte el apoyo que me diste esta mañana. Ese tipo de la FDA era nuevo y me pregunto cosas muy detalladas, sobre la estimulación iónica de las proteínas con el acelerador de partículas. No sabía qué hacer o que decir. La pobre Bertha. Andaba toda loca, la hubieses visto.

-¡NOOO VALE! Cuentas conmigo y con los chamos del departamento. Somos el mismo equipo. Además, yo conozco a ese "w&/%#!n con ropa". Te preguntaba cosas que no tenía ni que preguntar. Por eso lo “voltié” como a una media.

-¡Que malo eres! Betha a veces tiene razón.

-Jajajaja... No me lo tomes a mal, pero Bertha es muy exagerada. Ustedes los químicos tienen que hacer como nosotros los físicos. Tomarse la vida con calma. Disfrutar de los mejores momentos, ser mas panas con los visitadores médicos… ¡Mira estamos en la panadería! Te invito un café.



-Si ¡Gracias!

-¡Two moccas please!

Departiendo unos moccacinos y unos muffins de vainilla, Marcel comienza su breve interrogatorio.

-¿Cuando te fuiste de Venezuela?

-Hace dos años. Cuando el laboratorio en Venezuela cerró sus operaciones-, historia que no es del todo cierta pero consistente. Susan, comienza a incomodarse.

-Yo, hace 14 años. Mi esposa que en paz descanse, y yo, caímos en cuenta que debíamos cortar amarras. Vimos que hacer negocios allá honestamente era peligroso.

-¿Eres viudo?

-Sí. Un accidente aéreo en Brasil.

-Cuanto lo siento.

-No, pero tranquila. Fue hace más de 10 años. Ya todos lo hemos superado en casa. Los chamos ya están grandes e hicieron sus vidas. ¿Sabes? Volviendo al tema de Venezuela. A veces veo las noticias y algunos que tengo por allá, me dicen que la cosa anda cada vez peor.

-Sí. Mientras esa gente nefasta siga gobernando, será así. Disculpa que te cambie el tema pero. Me trae muchas tristezas. No creas que soy una desalmada y que no me importa mi país natal, pero ya me cansé de estar triste por eso. Quiero hacer como tú dices, disfrutar la nueva vida que tengo-, el rostro de Susan comienza a ensombrecerse. Baja la cabeza, sus ojos se van humedeciendo y cerrando como si fuese a llorar.

-¡Seguro! ¿Te llegó el correo del Washington Federal? El del crédito de 25mil para vehículo-, Marcel se siente incómodo con la conversación que llevaban. Siente que la está poniendo y de la manga se saca un tema de la oficina.

-¡Sí! Me dicen que pueden darme un crédito para comprar un carro ¿Hay algún lugar bueno donde comprarme un carro por aquí?

-¡Ufff claro! En Midway. Es una tienda de autos casi del tamaño del pueblo. Está saliendo por la autopista. Te venden hasta una lancha. Aunque hay que recorrer la mitad del país para usarla ¿Tienes un favorito?

-Me gustan los carros viejos. Quisiera un Mustang del 67. Vi uno por EBay en 20 mil dólares. Según está en buen estado.

-¡A mí también me gustan los Mustangs! Yo tengo uno.


-¡Qué bueno! Aunque estoy un poco indecisa, porque también me gustaría un Nissan Versa Note. Un carro pequeño ¿Sabes?


-Es una buena idea. El problema de los carros viejos aquí, es la gasolina. Pero yo he resuelto ese asunto con mi Mustang.

-¿Cómo así?

-No me gusta contarlo. Prefiero que lo veas. Mañana es sábado. Puedes ir a mi casa y verlo. Estás invitada a almorzar.

-¡Buenísimo!-, el rostro de Susan, se va iluminado cada vez más, sus ojos abiertos y su dulce sonrisa.

Ese mismo sábado, cercano al medio día, el pequeño Tiida color cobre de Bertha llega a la entrada de la casa de Marcel, en Turkey Creek, una urbanización al sur del pueblo.

Marcel recibe a Susan vestido con un cómico delantal. Susan baja del auto con una bandeja de vidrio tapada con papel aluminio.

-¡Te fue difícil llegar a pesar del GPS del carro!- reprocha Marcel luego de un beso en la mejilla y un abrazo.


-¿Que me trajiste?

-Torta 3 leches.

-¡Que rico! Años sin probarla.

-Y tu ¿Estas cocinando?

-¡Claro! Estoy cocinando desde temprano.

Ambos entran en la cocina -¡Huele rico! ¿Qué cocinas?

-Caraotas con arroz, tajadas y carne mechada. Las pizzas son para la tarde, cuando me ponga a ver películas.

Susan toma una cucharita y prueba el guiso de la carne -¡Esta rico! Cocinas muy bien. Tuviste que aprender mucho desde que tú esposa...

-¡Error! Ya yo cocinaba cuando estaba en el MIT. De hecho, creo que eso fue lo que enamoro a mi esposa. Yo cocinaba mejor.

-¡Que pedante! ¿Te gusta Queen?-, se escucha a muy bajo volumen, “I want to break free” de Queen, -Pensé que eras salsero...

-Soy melómano. Fanático de la música que sea. Le meto a todo. Tengo un hijo metalero y el otro rapero, y el conflicto de su adolescencia fue que a su padre le gustaba la misma música que a ellos.


-¿En serio?

-Susan, los melómanos sacamos lo mejor de cada género por más polémico y terrible que sea. A veces tengo mi momento de reggaetón “¡Si tu cuerpo me pide un deseo, te lo calmo cuando hay perreo...!- Marcel toma el pequeño control remoto de su iphone y pone a sonar la canción “Como antes” de Yandel y bailotea cómicamente por toda la cocina, hasta llegar al lavaplatos.






-Ay no ¡asco! ¡Quita eso!

-¡Mira! Acompañaremos esta deliciosa comida con un vinito Merlot Californiano-, saca una botella de vino de una pequeña nevera junto al lavaplatos.

-Pero, no puedo beber... Tomo algunos medicamentos que...

-¡Tranquila! Un sorbito nada más es suficiente para brindar. Yo me beberé el resto de la botella.

-¿Y manejaras tu Mustang en estado de ebriedad? Dicen que en este país eso es peor que matar a la mamá.

-No vamos a ir tan rápido, nos caería el Sheriff Brown.


Luego del suculento y nostálgico "Pabellón", Susan y Marcel, brindaron por la buena música y llegaron a la convención, que de hablar de Venezuela, solo hablarían de los buenos tiempos, cuando ni Panelo ni Nicodemo, nos fregaron la vida. “De cuando éramos felices y no lo sabíamos”. Desatendiendo a toda prescripción médica, Susan se tomo copa y media de vino. Marcel consciente que iba a manejar, se bebió dos copas y guardó el resto, a conciencia que cuando lo vuelva a tomar, más tarde con la pizza, sabrá horroroso. Picaron cada uno un trozo de torta 3 leches y vino la invitación a la amplia cochera de Marcel.




-Bienvenida a mi taller de los inventos. Conoce a mi Frankestein. Mi Mustang 1968 “Electric Blue”... Completamente eléctrico. Mis hijos vienen al menos una vez por semana a ayudarme con él.

-¿Ah siii? Mira pero está un poco feíto. Hay que pintarlo de nuevo y... Eso de eléctrico, hay un tipo en Youtube que creo, se te adelanto.

-Yo lo vi. De hecho, lo he desafiado a una carrera. No me ha respondido el correo.

-¡OOOOHH! Pintalo, ponlo más bonito y haz un video en Youtube como él y de pronto, te acepta el reto- responde Susan con la boca llena de torta.

-Si. Eso haré. Te muestro algo-, Marcel levanta el capó y le muestra el motor. -Te presento un motor Alstom Canadiense, para TGV de 200 caballos de fuerza. Pero, esta no es la novedad. La novedad es esta-

Marcel lleva a Susan hasta la maleta y la abre mostrándole la "maravilla" que hay en su interior, pero que no parece convencer a la incrédula morena. -Unos amigos de Venezuela y yo, logramos construir una nueva batería con una pasta de petróleo, con alta concentración de litio diluido.  La batería resultante, es de la mitad del tamaño que la del amigo del Youtube.

-¿Y por que toda la cajuela está ocupada?

-Porque la batería está diseñada de tal forma que se acople a un cooler de refrigerante R32 que pasa a través de ella. Al frente, el motor mueve tanto el compresor rotativo, como el ventilador del enfriador del condensador, por medio de una caja reductora. El carro del Youtube hierve como el Metro de Caracas. Mi carro, es fresquito como un bus-cama Marcopolo de la línea Flamingo, nuevo, nuevecito.

-Estoy impresionada de lo que haces con tu tiempo libre.

-¡Claro! No quiero pasar el resto de mi vida en el sótano “atómico” de una farmacéutica. Quiero hacer que todas las personas, puedan convertir sus viejos autos en autos amigables con el ambiente.

-Jajajaja... ¿Lo probamos?- responde una  incrédula Susan.

-¡Claro!

Marcel sale a la vía con su elegante cafetera azul y silenciosa. Susan, una copiloto, muerta de carcajadas, no puede creer que el auto funcione, tampoco esperaba una sensación similar en un vehículo tan viejo.

-A una hora de aquí, rumbo a Wichita, hay una pista de piques. Ya cuadré todo con los panas. Ya vas a saber lo que es potencia.

Al llegar a la pista, Marcel saluda a los encargados con un par de gritos, asoma una sus milagrosas botellas de Ron Cacique que velozmente el encargado, un motociclista rubio, viejo y barbado le arrebata de las manos, y continúa la marcha hacia la pista.

-El ron te abre todas las puertas en América. En cambio, el whisky te abre todas las puertas en Venezuela ¿Qué cosas no?-, Susan, sigue impresionada, no para de reír.

La carrera solitaria comienza. Marcel acelera con el viejo volante de fórmula uno, donde están casi todos los mandos del vehículo, hasta alcanzar en menos de diez segundos los 210 kilómetros por hora. Susan esta fascinada, excitada, grita de la emoción. Marcel está concentrado en la pista, Susan mira con admiración a Marcel. Tal vez ¿Mirada de chica enamorada?



Está a punto de anochecer en McPherson. El silencioso Mustang llega a la casa de Marcel, este se baja y caballerosamente le abre la puerta a Susan, bajando ésta tomada de la mano de él.

-Vinimos, le dimos diez vueltas a la pista a full chola, regresamos a casa y aun queda un cuarto de batería ¿Qué tar? ¡No te lo pierdas!

-¡Marcel! Gracias. Tenía tiempo que no me sentía así ¡Gracias!-, Susan y Marcel, se quedan mudos, viéndose a los ojos durante unos segundos, y tomados de la mano.

-¿Nos vemos mañana?

-¡Claro! Mañana viene mi chamo mayor con la mujer y los niños. Te estoy escribiendo, para que vengas a conocerlos.- Susan, suelta suavemente la mano de Marcel y se sube al Tiida de Bertha y regresa a casa.

Mientras el auto se aleja Marcel se dice a sí mismo “¡Dios! Podría ser mi hija… ¡Bah! Pero no lo es…”

Cansada, emocionada y sin tomarse las pastillas, esa noche, Susan habrá dormido y soñado con un viaje infinito en el auto azul, acompañada de su maduro chofer.

EL REENCUENTRO

Jairo sale del hotel Holiday Inn Express & Suites, un modesto motel dos estrellas al que había llegado la tarde del domingo. Luego de un largo sueño, el joven “cocinero” colombiano, se dispone a iniciar la búsqueda de su amada Minda. El supone que ella está en ese pueblo, trabajando en el prestigioso laboratorio, haciendo realidad su sueño de cambiar el mundo. Luego de un desayuno completo, el joven de dirige a Midway motors, donde el encargado del hotel, le indicó que podría alquilar un auto.

Jairo llega hasta la recepción de la gran feria de venta y alquiler de vehículos que queda a las afueras del pueblo y elige un pequeño Chevrolet Sonic. Por fortuna, y a diferencia de muchos ilegales, Jairo ha venido con bastante dinero.

Justo cuando el encargado del alquiler de automóviles, comienza a hacer la inspección del de vehículo para entregárselo a Jairo, este observa a menos de quince metros, algo que lo sorprende.




Es Minda, que llama emocionada a un hombre, "¡Marcel!". Minda acompañada de una vendedora afroamericana, gordita y de baja estatura, mira con alegría su nuevo auto. Un Nissan Versa Note gris plomo. Minda no para de hablar con la vendedora. Su dulce voz es inconfundible, y aunque su cabello es radicalmente distinto, su rostro no ha cambiado. Jairo la conoce sin sus lentes. Marcel, saluda con un apretón de manos a la vendedora y abraza a Minda. Jairo se esconde un poco, sin perder el contacto visual. El encargado del alquiler llama su atención, para que firme la ficha y este la firma sin mirar mucho.

Susan, aun tomando de la mano a Marcel, nota una extraña sensación. La misma que ella sentía en el Café Latino, cuando aun no conocía a Marcel, y este la acariciaba con su mirada. Susan mira de un lado para el otro, y no ve sino a un par de personas, inspeccionando un carro Chevrolet Sonic 2017, color azul. Jairo es una de esas personas, pero se esconde de la mirada de Susan, detrás del carro, entre la gorra y la barba de hípster.

El encargado del alquiler, le da a Jairo las llaves de carro, pero este espera. Minda está emocionada. Recibe las llaves y se queda con Marcel admirando el auto. En eso, ella brincando de la emoción, le da un beso de piquito a Marcel. Pero este le corresponde el beso, abrazándola y dándole un largo y apasionado beso francés. Jairo se siente morir.

La camioneta de Marcel y el nuevo auto de Minda, salen de Midway Motors, seguidos muy de cerca por Jairo. En Centennial Drive, Marcel se desvía y Minda continúa hacia el "Café Latino".

Minda entra al Café Latino y pide dos cafés mocaccinos y cuatro muffins surtidos. Pero justo antes de salir del lugar su camino es interrumpido por Jairo.


-¡Hola Minda! ¿Se acuerda de mí?

Minda casi echa las cosas al suelo de la impresión, mas no del susto, sino de alegría-, ¡Jairo por Dios! ¿Como estas? Esa barba... ¡Te luce horrible! ¡Quítate eso! Jajaja.-, ambos ríen a carcajadas. Minda deja las bolsas en una mesa y decide sentarse con Jairo. -¿Chamo y los viejos?

-Murieron Minda. Mi tío de cáncer de pulmón y papa, trabajando. Estábamos con los del cartel del golfo y vino el "Avión Fantasma" del gobierno y acabo con todo eso.

-¡Qué horror Jairo!

-No fue una vida fácil. Pero fresco. Los que vivimos del peligro y la aventura, sabemos que la muerte viene con el paquete. 

Pero, al verme solo en esta vida pues, decidí salir a darle la vuelta al mundo y reencontrarme con viejas y lindas amistades.

Luego de esas palabras, un escalofrío intenso recorre el cuerpo de Minda.

-¿Como diste conmigo? Se supone que tendría una nueva identidad, que ya nadie me podría encontrar.

-Este artículo de esta página de tecnologia-, Jairo le muestra a Minda el artículo impreso del espectador de Bogotá, sobre el éxito que había tenido LinfoTherapy en las pruebas y sobre Bertha,  la venezolana que dirigía el proyecto. -Yo dije, listo, esto se parece a Minda. Ella debe estar trabajando en esto. Así que vine a este pueblo, que es donde están los laboratorios de desarrollo de esta compañía y la fortuna hizo el resto.

-Pero ¿Por qué viniste? Eres buscado por este país. Te meterán a prisión si te agarran.

-Es que tal vez, pagar mis deudas con la justicia sea parte de mi plan. Encontrar un amor perdido y ponerme al día con la justicia. Estar limpio, ser un hombre nuevo.

-Y ese amor perdido... ¿Soy yo?

-Si Minda, pero creo que llegue tarde.

-¡Oh Jairo! Yo no quería, no fue mi intención causarte esta decepción pero. Yo siempre te vi como un amigo. De hecho cuando nos conocimos, mi situación no daba para esperar nada más de la vida. Y menos el amor.

Los dos están en la mesa entristecidos, con los cafés fríos y los Muffins enteros. Pobre Jairo. Vivir dos años, con la ilusión de un amor que nunca se dará.

-Debes seguir adelante Jairo. Eres una persona maravillosa. Tal vez si estudias, si trabajas honestamente en esto que tus viejos te enseñaron, incluso si escribes sobre tus aventuras, tendrás buena fortuna y encontrarías un buen amor en tu vida.

Jairo saca un papel con un usuario de Twitter y uno de Instagram. -Al menos escríbeme para saber de ti.

-¡Seguro! Viola mis términos de testigo protegido, pero por ti, lo hare.

Minda retoma el camino a su trabajo y Jairo la ve alejarse, en la acera frente al café.

CON RECOMPENSA

Cae la tarde en McPherson y llueve a cántaros. Jairo se va al Bar del motel donde se hospeda. Se tomara un par de tragos en la barra para olvidar el mal día que ha tenido. Saca su celular y pone un viejo Vallenato que escuchara con sus audífonos, para consolarse, sin molestar. Olvídala del Binomio de Oro:

Ay mi vida, este es un sentimiento para ti...

Jorgito:
Como hago compañero pa' decirle que no he podido olvidarla
que por más que lo intente sus recuerdos siempre habitan en mi mente
que no puedo pasar siquiera un día sin verla así sea desde lejos
que siento enloquecer al verla alegre, sonreír y no es conmigo
yo sé que le falté a su amor tal vez porque a mi otra ilusión me sonreía
y no pensé que sin ella en mi vida se me acabaría el mundo

Jean:
yo sé que estás arrepentido y duele
pero ya no eres nadie en su vida
ella encontró por quien vivir
hoy que la busques tú es un absurdo

Jean:
¡Olvídala!

Jorgito:
¡No es fácil para mí! por eso quiero hablarle
Si es preciso rogarle que regrese a mi vida

Jean:
¡Inténtalo!

Jorgito:
¡Es que no quiero hacerlo!
Si por dejar sus sueños
Le causé mil heridas

Coro:
Olvídala mejor olvídala,
Arráncala de ti que ya tiene otro amor
Olvídala mejor olvídala,

Arráncala de ti ve y busca otra ilusión….

Ingresa en Twitter para ver las noticias. Lo primero que aparece es un tweet del presidente Trump anunciando el bombardeo a Siria, y luego, un tweet de las cuentas de "La Hermandad", retuiteado por su amigo @POPEYE.

Es una advertencia al hashtag #Panelerosquehuyen. Es una foto del Cabo Reyes con una advertencia: "peligroso agente del COÑAZ, huye a #EEUU #USA, ciudad desconocida, posiblemente para ejecutar sicariato". Jairo reconoce al hombre. Es el venezolano que iba con él, en el cajón de la camioneta de los coyotes. Ante semejante  advertencia y estando pasando por tan mal momento en soledad, Jairo decide llamar a su amigo.


-¡Diga!

-Popeye! Estoy que no valgo una mier%&$# parce!

-¿Lo cogieron?

-No parce. Como soy todo mono con los ojos claros, el pelo chino y hablo bien el inglés, acá los tombos no me paran. Era para hablarle de la vieja que vine a buscar. La encontré. Pero, llegue tarde. Tiene un man ahí. Son de besito y todo. Ando con una tusa, ni la verraquera hermano.

-¿Pero hablo con ella?

-Si parce, pero me echo en la frienzone de lo mas boleta, que cosa más cag%&$ llave.

-¡No nooo chino! ¡Son cosas de la vida parce! No se me ponga así, sea Tenaz como sus viejos. Viejas es lo que sobra en este mundo. Mire, vengase más bien, yo le arreglo todo para que se regrese y deje de andar gastando la plata y dando papaya por allá. No vaya a ser que lo agarren y lo encanen. No nooo vengase, que yo hablo aquí para que lo saquen los mismos amigos que lo metieron.

-Mire parce. De eso le quería hablar.

-¿Qué pasó? ¿Lo trataron mal?

-No, noooo. Mejor imposible. Es que en el viaje venía con el mismo man que usted dio retuit en su cuenta.

-¿Cómo así?

En eso que Jairo conversa con “Popeye”, sobre el extraño compañero de viaje, aparece este mismo hombre en el restaurante del hotel. Vestido con una nueva pinta, bien bañadito y afeitado, con camisa de cuadros y jean negros, nuevos, y un sombrero vaquero de cuero marrón, se sienta en una de las mesas para ordenar de cenar.



-¡Uuuy parce! Mire que el man se ha aparecido aquí...- Entonces a Jairo le “cae la locha”. Minda forma parte del programa de protección de testigos, debido al testimonio que rindió en contra de los Narcosobrinos. Ahora Minda, se llama Susan, pero trabaja en la misma compañía para la que trabajaba en Venezuela, pero en este pueblo del centro de los Estados Unidos. Si este hombre va a cometer un sicariato ¿Será que va contra Minda?

-Oiga tenga cuidado, que hablando con los gamines por aquí me han dicho que anda un trabajo bien caro para darle chumbimba a una gente de por esos lados. Vea que yo me retiré de esa vida, pero aún me quedan las amistades y hasta me hacen ofertas.

-Mire, yo lo llamo luego.

-¡Cuídese pues! ¡Cuídese!

Discretamente, Jairo toma su celular y le toma una foto al Cabo Reyes y se la envía al timeline de la cuenta @NIMITZCVN76 en respuesta al tweet de la alerta con la dirección del lugar. Reyes no vio cuando Jairo le tomó la foto, pero si lo vio retirarse a su habitación. Vinieron entonces serias sospechas.


-Este colombiano como que vino aquí a serrucharme el trabajo.

El @SamuraiOrengi y el piloto @JAVzlaLibre (Javier Lennon) van rodando por la carretera 81, rumbo a McPherson, cuando reciben una llamada de Amazon.

-¿Llegaron a McPherson?

-¿Cómo Amazon? está cayendo una lata de agua de pu&/%$ madre.

-Pues apuren el paso, porque recibimos respuesta a la alerta que enviamos. El cabo Miguel Reyes se hospeda en el Holiday Inn Express & Suites de McPherson. Creo pertinente avisar al comisario y al FBI…

-Porfa, pon ahí en el GPS, Lennon.

-Kenji, aún nos quedan 10 minutos de camino.

-¡Mier%&&#!

-Otra cosa muchachos. Dimos con el site en la deep web para contratación de sicarios, mercenarios y toda esa suerte de cosas, que usaba García para conseguir los trabajos. @AliceCooper se hizo pasar por sicario y descubrimos lo siguiente: El trabajo contra la doctora Bertha, es de adjudicación directa, o sea que sólo la “compañía” de García lo puede realizar. Pero el trabajo contra Minda, es una recompensa. Quien la mate, y suba prueba de ello en la cuenta del cliente, se ganará el dinero.

-¡Ah caramba!

Jairo entra en su habitación, pero un presentimiento lo inquieta. Tomara su auto y tratara de contactar a Minda para avisarle del peligro. Justo cuando toma su celular para escribir al Twitter de Minda, tocan la puerta.

-¿Quien?-, responde Jairo en ingles, mientras se asoma al ojo mágico y ve que es el mesonero del restaurante.



-Es del restaurante. Es para notificarle sobre la facturación de sus bebidas.

Es raro, pudo haberle notificado cualquier novedad por teléfono. Pero Jairo, previendo algún peligro, retira del closet el tubo para colgar las perchas y abre la puerta. Cae el cadáver del mesero y el cañón caliente del silenciador de la Beretta M9A3 lo mete Reyes por la nariz de Jairo, con fuerza, hasta hacerlo retroceder.


-¡Fresco hermano! ¿Qué le pasa?

-No me vas a serruchar el trabajo, colombiche, te vas a morir... Susurra Reyes. -¡Dame tus dólares primero! ¡Tas robao! 

Pero Jairo no será un experto asesino, pero acostumbrado a huir de situaciones aun peores, ha aprendido la importancia de saber pelear con algún loco armado y salir bien librado. Así que, fuerte y veloz el golpe con el tubo, que escondía a su espalda, cumplió su misión al hacer que el asesino soltara el arma, no sin antes, hacer un disparo que quebraría uno de los vidrios de la ventana. El rebote del tubo debía caer justo en la frente del atacante para al menos derribarlo pero Reyes contiene con su mano parte del golpe, devolviéndoselo a Jairo que cae al piso.

Reyes saca un pequeño cuchillo para matar a Jairo, pero este le arroja una almohada y luego el edredón. Reyes esquiva y se enreda, Jairo repta velozmente hacia la pistola, la toma, se voltea, pero Reyes ya le ha brincado encima y le ha hundido el cuchillo. No se oyó el disparo, tampoco el sonido del casquillo rebotando en el piso, porque es piso de alfombra, pero si se le vio rodar, y detenerse justo al lado de la pistola marrón que acaba de caer al suelo, tomada de la mano de Jairo. Los dos cuerpos yacen sobre el piso, uno encima del otro. Luego los gritos de la camarera.

-¿Y tienes alguna idea de quien mando a hacer estas cosas?-, pregunta  Kenji a Amazon.

-Sí. En el caso de Minda, un patriota cooperante me informa, que fue la primera combatiente, Doña Celia, quien ha puesto precio a la cabeza de Minda.



-¿Y sobre el otro caso?

-Ese fue más escabroso, pero ya lo resolvimos. Resulta que muchas empresas   bloquean el explorador de Windows y colocan un explorador de archivos, especializado, para evitar el robo de información, y para llevar un control sobre los archivos que trabajan sus empleados. En este caso Hoesht usa File-Wise. Todo archivo que se copia, mueve, adjunta o borra, viene acompañado de un Tracking-Tag que marca el tipo de operación, horas, fechas e identificación de quien la ejecuta. En nuestro caso, el extracto de la base de datos de empleados, entregada al sargento García, fue creado y adjuntado a un correo gmail por Malcom Smith hace un mes.


-¿Quién es ese tipo?

-El gerente de comercialización de oncológicos de la compañía. Revisando sus correos, me encuentro decepcionantes discusiones entre este tipo y el gerente de desarrollo. Para Smith es más rentable para la compañía vender quimios, que curar el cáncer como si fuese un resfriado común.

-¡Que mierda este tipo!- exclama Lennon.

-Hay un móvil para matar a los investigadores.

-¿A todas estas debo suponer que el presidente de la compañía apoya al gerente de desarrollo, que los dejo ir tan lejos.

-Sí. Para el CEO y los accionistas de la compañía es un tema de prestigio. La gran mayoría de las curas a las enfermedades que azotaban a la humanidad antes del siglo XIX fueron inventadas en sus laboratorios o patrocinados sus creadores por la familia Marion Smithkline. Curar el cáncer sería un laurel más.

-Hagamos lo mismo que hicimos con el Banco Schweizer Bankräuber. Antes de enviar las pruebas del delito a las autoridades, enviémoselas a los dueños de la compañía a ver qué pasa-, sugiere un malicioso Kenji.

-No vamos a llegar al hotel Kenji.

-Es cierto. Tratemos de llegar antes que Reyes.

Aún llueve en McPherson. En una casa de dos plantas de Walnut Street, vive Susan con Bertha y su esposo. Por cierto, Henri, quedo atrapado por la lluvia, en el bar donde juega pool con sus compañeros. Muy a "disgusto", él y sus compañeros continúan jugando y bebiendo cerveza.

El encuentro de Minda con Jairo le activo un episodio de depresión y desasosiego que no sentía desde que llego a los Estados Unidos. Minda no llamara al observador del sistema de protección de testigos, ella dice, que no será la culpable que a Jairo lo arresten, ni tampoco se arriesgara a perder el puesto que tiene en el departamento de desarrollo de la compañía en la que trabaja. Decide  tomarse sus pastillas y acostarse temprano a ver si aquella tribulación se le pasa.

Entre cada relámpago y trueno, Minda se retuerce en su cama. Está teniendo una pesadilla. Mientras esto sucede, afuera de la casa, esta parada la pick up negra que traía en su cajón a Jairo y al sicario Miguel Reyes. Los dos ocupantes mexicanos, coyotes, miembros de “Los Zetas”, se bajan en medio de la lluvia y cruzan la calle rumbo a la puerta trasera de la casa.

-Psss Psss ¡Ustedes!

Los dos hombres se detienen ante  la voz que viene de la sombra debajo de un arbusto a la entrada del jardín.

-Está un poco tarde para venir de visita. Esa gente está durmiendo. Mejor se vienen más tarde a que amanezca. Quién sabe si les brindan un café y unas arepitas.

-¡Hablas rarito güey!- uno de los mexicanos, el más corpulento se saca una pistola con silenciador y avanza hacia el árbol haciendo unos tiros. No sabe que mientras hace esto, detrás de su amigo, crece una sombra que en un solo movimiento le corta la cabeza, silenciosamente.

Minda sigue luchando con la pesadilla. Lagrimas corren por sus sienes. Pero algo nuevo ocurre. Minda decide relajarse, murmura una oración y su rostro pasa del miedo y el dolor, a la furia. Su cuerpo se rigidiza y sus puños se cierran. Luego de respirar frenéticamente por cinco minutos, su cuerpo se relaja y continúa durmiendo.

FINAL


El arbusto cae en la acera, pero no hay nada. Cuando el hombre corpulento voltea, un metro de hoja de katana le ha atravesado el cuerpo, desde el abdomen, hasta el riñon. Un apretón fuerte en el cuello, con la mano izquierda de Kenji, paralizan al sicario, hasta que este cae de rodillas.

-Te dije que vinieras más tarde-, murmura Kenji, que luego realiza dos movimientos de katana. Uno para sacar la espada del cuerpo del hombre, y otro para cortarle la cabeza también.


El sol sale pero no es lo que despierta a Susan. Son los gritos del vecino de al frente. Susan sale a la ventana y observa una camioneta pick up negra siendo montada en una grúa tipo plataforma de la policía. La camioneta obstaculizaba la salida de la cochera del escandaloso vecino. Frente a su casa una patrulla de la policía y un vehículo blanco que parece de la compañía. Susan observa también el pequeño árbol de maple japonés de Bertha, tirado en la acera ¡Dios! ¡A Bertha le va a dar algo! Susan se pone una bata larga de seda rosada y sale corriendo hacia el jardín.

Bajando las escaleras descubre que hay un gentío en la sala de su casa: Está Henry, acompañado del viejo Brown, el Sheriff de la ciudad, dos oficiales, la oficial del sistema de protección de testigos, Marcel y el jefe D.K, el vaquero que cuida la entrada del acelerador de partículas. En inglés y en español Susan se inquieta y pregunta:

-¿Y esto? ¿Qué pasó? ¿¡Bertha está bien!?

-Sí, tranquila-, responde Henry. Bertha está bien. La oficial Langdon y el Sheriff, vinieron a ver que estás bien.

-Sí, estoy bien, pero ¿Qué pasa?-, Susan está un poco consternada e inquieta. Piensa que puede tener algo que ver con la inesperada visita de Jairo.

-Pasaron muchas cosas en las últimas horas Susan. Primero. En el hotel Holiday hubo un suceso. Murió un sujeto cuando asaltaba a alguien llamado Jairo Restrepo. Es una persona relacionada con tu caso y que es requerido por la DEA. Sospecho que tu nueva identidad está comprometida-, responde la oficial Langdon.

-¡Jairo! ¡No! ¿Cómo está él?

-Perdió mucha sangre, pero está estable. Está en el Hospital General.

-¿Puedo verlo?

-No deberías. Haré una excepción porque comprendo que esta persona fue una de las que te ayudó a escapar de Venezuela.

Marcel está como loco: “¿Identidad? ¿Testigo? ¿La DEA? ¿Minda? ¿Te llamas Minda?”

-¿Marcel? ¿"Jefe D.K."?

-Hay un problemón en la compañía. Pero no te preocupes, todo estará bien.

-¡No entiendo Marcel! ¿Qué problema?

-Es que Malcom Smith, el gerente de comercialización de oncológicos, estaba conspirando para hacerle daño a la gente del equipo y así entorpecer nuestro trabajo. Ya Malcom, está en manos del FBI.

-¡Que loco!

-Sí, bueno. No tengo todos los detalles, pero el jefe D.K. estará visitándonos a todos muy a menudo. Es vergonzoso que estas cosas pasen en esta compañía, pero...

-¿Y Bertha?

-Bertha estará bien. Tiene a toda la plana mayor de la compañía cuidándola-, responde Henry.



Marcel y Susan están en el estacionamiento del Hospital General de McPherson:

-¿Cómo te sientes?

-Bien Susan. Asombrado por todo esto.

-Perdóname, pero, es que no podía hablar de estos temas con nadie. Y aún siendo tú un hombre bueno y confiable, nadie aparte de Bertha y su esposo puede saber quién soy. Estoy consciente que tal vez las cosas no sean las mismas después de…

-¡No! ¡No! Para nada. Con más razón. Protegerte es una razón más para estar juntos.

-Gracias Marcel ¿Sabes? Gracias a ti pude enfrentar mis pesadillas. Estabas allí, para salvarme-, falso, Marcel era amenazado de muerte, por los monstruos negros del SIBOL. Entonces, Minda, consciente que estaba viviendo una pesadilla, luego de orar, tomó fuerzas y con un rayo de luz que salía de sus ojos, se liberó de sus ataduras y luego carbonizó a sus enemigos, salvando a su amado Marcel.


-¿Y este hombre Jairo…?


-¡Es mi amigo! ¡Deja los celos de Cuaimo!

En un cuarto del hospital, Jairo, bastante golpeado con oxígeno, sangre y conectado a un monitor, aunque consciente. La mano derecha esposada a una de las barandas de la cama y dos policías del Sheriff cuidando la habitación. Minda aparece por la puerta y corre a abrazar a su maltrecho "amigo".


-¿Cómo estás?

-Muero de a poco.

-¡Qué horror! ¿Y ese tipo?

-Me quería robar, pero no me dejé-, por nada del mundo le dirá a Minda que era un sicario que venía a matarla.


-¡Ay chamo! ¡Te agarraron!

-Síiii, apenas me recupere me presentarán ante el juez. Pero me declararé culpable. Yo creo que antes de cinco años estaré libre. Total, yo solo soy un pinche "cocinero".

-Eres el mejor "cocinero" de mundo.

-¡Noooo! no diga eso, que los tombos van a creer y me van a encanar a más de cien años.

-Te visitaré Jairo. Traten que no lo encarcelen lejos de aquí-, le dice Minda a la oficial Langdon.

-Su juicio está radicado en Florida, así que estará unos meses muy lejos de aquí. Pero cuando le dicten sentencia, la defensa puede pedir que lo manden a Reno, la prisión federal más cercana de aquí-, responde la agente Langdon.

-¡Thanks!-, agradece Minda tomando a Jairo de la mano, mientras, en la televisión del cuarto, pasan las noticias locales. Se habla de dos cuerpos decapitados encontrados en el río Smoky Hill.

Kenji y Lennon, luego de hacer una escala en Whashington, vuelan rumbo a Colombia con tres magistrados del tribunal supremo en el exilio, para incorporarlos al juicio contra Nicodemo por el desfalco a la nación, y el esquema de corrupción de OBREDTECH.

-Kenji y Lennon. Estoy reuniendo un equipo para proteger a estos magistrados. La asamblea acaba de aprobar el juicio, y todos los operativos del régimen están pendientes de matar a esta gente.

-¡Que le echen bolas @LucioAugustoX! Nosotros los estaremos esperando.


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Dedicado a Nuestros Emigrantes. Esperanzados en la caída del régimen y el reencuentro de cientos de miles de familias venezolanas.


Agradecimiento a los panas de "La Hermandad":
@cerrorista y @NaranjaRA

Agradecimiento a los nuevos colaboradores:
@paraguanero82  y @gmichel05 

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